Mariano Rajoy consiguió este domingo dar el primer paso necesario para reeditar su mandato. Pero aún tiene un largo camino por recorrer si quiere salir victorioso de una investidura, ya sea la que comienza el próximo martes 30 de agosto, ya sea en los futuros intentos que ya planean por su cabeza. Tras una semana de intensa negociación, con ciertas tensiones y escenificación de ultimátum incluido por parte de Ciudadanos, el PP y el partido de Albert Rivera sellaron este domingo el ‘pacto de amor’ que los populares ansiaban y que hará que los 32 diputados naranjas voten a favor del candidato conservador en la segunda votación, el 2 de septiembre.

Rajoy se implicó en los últimos momentos de la negociación, que se alargó al sábado por la noche, y ha accedido a comprometerse con un amplio abanico de medidas sociales que, de arrancar la legislatura, supondrán una inversión de 29.000 millones en cuatro años. También ha habido cesiones en regeneración, anticorrupción o marcha atrás en leyes polémicas de su mandato como la de educación, la de enjuiciamiento criminal o la llamada ‘ley mordaza’. Con todo, Rajoy y Rivera tratan de tentar al PSOE para que, si no quiere sumarse al pacto, al menos no lo bloquee y facilite con una abstención su puesta en marcha.

Rajoy y Pedro Sánchez se verán de nuevo este lunes en el Congreso. Según la versión difundida por la Moncloa, el socialista ha rehuido el diálogo en los últimos días pero ha admitido un encuentro público con el presidente en funciones previo a la sesión de investidura. Eso sí, por motivos meramente protocolarios. Su entorno avisa de que el líder del PSOE no prevé sucumbir ni ante el paquete de medidas acordadas ni ante los reiterados mensajes de presión de Rajoy, que este domingo se sucedieron a la par que los de Rivera.

El candidato conservador consideró de hecho que él, tras la firma del pacto, ya ha cumplido con “su deber”, al lograr sumar 170 apoyos a la investidura, los de su grupo, los de C’s y el de Coalición Canaria, y ahora le toca a otro arrimar el hombro, en referencia al PSOE. Rajoy recordó que se han ganado investiduras con “bastantes menos votos” y adelantó que este será el mensaje principal que trasladará a Sánchez: que con 170 no llega pero que tiene un amplio respaldo, a seis votos de la mayoría absoluta y a once abstenciones en la votación que requiere mayoría simple. Asimismo, le pedirá que deje atrás la lógica gobierno - oposición que rige en tiempos de normalidad y, ante una situación “excepcional”, con un gobierno en funciones durante ocho meses y dos convocatorias electorales, se maneje “por criterios diferentes”. Por último, le preguntará si quiere ir a unas nuevas elecciones o va a liderar una alternativa junto con Podemos.

Ante la previsión de que el socialista siga instalado en el ‘no es no’, el jefe del Ejecutivo avisó de que baraja presentarse más adelante -“mi objetivo es perseverar en el intento”, fueron sus palabras -, incluso antes de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. Un aviso más bien dirigido a intentar frenar las posibles ansias de Sánchez de encabezar ungobierno que a ponerlo en práctica; puesto que difícilmente cambiará la situación en plena campaña electoral de dichos comicios, que empieza el 9 de septiembre.

"El pacto compromete a impulsar el mayor conjunto de reformas en los últimos 35 años"

Rivera también dejó un buen número de recados al PSOE, entre ellos que 100 de las 150 medidas acordadas estaban en el pacto que firmó con Sánchez. El líder de C’s pidió por tanto a su ‘exsocio’ que haga una “oposición responsable” y que “no se abstenga de España”. Asimismo señaló que en política hay dos opciones, “creerse importante o ser útil”, y él ha optado por la segunda. “Faltan seis o siete escaños, pido una reflexión a todos los que tienen un sueldo público”, machacó, además de recordar que varios dirigentes socialistas han abogado por permitir a Rajoy gobernar, y más si este lograba un acuerdo con su partido.

El presidente evitó que la rúbrica del pacto tuviera la pomposidad dela firma que llevaron a cabo Sánchez y Rivera y de la que él se mofó y comparó con el tratado de los Toros de Guisando. No hubo imagen de los líderes a solas, ambos se reunieron junto con los equipos negociadores y el refrendo corrió a cargo de los portavoces parlamentarios. Eso sí, el candidato no pudo impedir que Rivera, en la rueda de prensa posterior, envolviese de solemnidad egrandilocuencia el acuerdo, que no se pondrá en marcha si no fragua la legislatura, y el papel de su partido. “El pacto compromete a impulsar el mayor conjunto de reformas para el país en los últimos 35 años”; “C’s ha conseguido arrastrar a la vieja izquierda y derecha a una etapa de reformas”, fueron alguna de sus reflexiones.

Rivera y Rajoy discreparon en público de la validez del acuerdo. El primero avisó que estudiará, junto a su partido, si tiene vigencia tras el previsible fracaso de Rajoy, mientras el conservador sí se mostró partidario de la continuidad de un pacto con el que dijo sentirse “cómodo”.

Pese a ello, el PP ha tenido que hacer bastantes cesiones, al igual que C’s. Además de aceptar las medidas contenidas en el llamado pacto anticorrupción, como el fin de los aforamientos o una comisión de investigación sobre su financiación, se ha comprometido a bajar el IVA cultural, a la dación en pago, a eliminar las tasas judiciales o a congelar la aplicación de la ley de educación. Mientras que Ciudadanos no ha logrado que los autónomos que no llegan a fin de mes dejen de pagar la cuota, ni el contrato único, las primarias en el PP o el fin de las diputaciones.