Si para Aznar era una despedida, para Rajoy el mitin de Vistalegre era más bien un acto de desagravio. Nadie en el PP le ha reprochado nada porque todos saben que fue la gestión que el Gobierno hizo del 11-M lo que le abocó a la derrota electoral. Por eso ayer todos los dirigentes del PP le arroparon y él les avanzó su propósito de repetir como candidato a la Moncloa. Rajoy dijo que su oposición al Gobierno socialista será "firme, exigente y patriótica".

A Rajoy le salió ayer el mejor mitin de su vida. Tan convencido se mostró de la exitosa carrera que le depara el futuro --incluso más que antes de la derrota en las urnas-- que tras hablar durante 30 minutos dijo que estaba "media hora más cerca" de ser presidente del Gobierno, carrera cuya "cuenta atrás", afirmó, ya ha comenzado.

Por lo demás, su discurso fue un calco del que luego pronunciaría Aznar. Defendió la actitud "decente" del Gobierno tras el 11-M, felicitó a Acebes, censuró los "comportamientos intolerantes" del día de reflexión y exigió a los socialistas que "no confundan ser simpáticos con ser débiles".