Con el presidente del Gobierno en China, y el designado nuevo ministro de Justicia, Rafael Catalá, desaparecido dado que los viajes del jefe del Ejecutivo y del Rey hacen imposible que tome posesión hasta la semana próxima, el resto del Gabinete de Mariano Rajoy y, por ende, el PP, se esforzó ayer en impostar que el portazo de Alberto Ruiz-Gallardón a continuar en un gobierno que le da la espalda y entierra su proyecto estrella, la contrarreforma del aborto, no le ha hecho mella. Los populares pusieron en marcha la maquinaria necesaria para intentar dejar atrás uno de los mayores errores de la legislatura, el impulso de los retroactivos cambios en el aborto, y convencer a su electorado de que el Gobierno no ceja en su empeño de cumplir su programa electoral.

En este sentido, fuentes gubernamentales afirmaron que Rajoy baraja que sea la ministra de Sanidad, Ana Mato, la que promueva el cambio necesario para cumplir uno de sus compromisos explícitos y con más aceptación social: que las jóvenes de 16 y 17 años requieran del permiso paterno para poder abortar. Precisamente Mato fue la encargada de garantizar ayer que el Gobierno "corregirá inmediatamente" la posibilidad recogida en la ley de plazos actual de que las menores interrumpan su embarazo sin su permiso.

EL ARGUMENTARIO Para llevar a cabo este cambio, el Ejecutivo podría modificar dicha norma, el Código Civil pero también el Plan de Infancia y Adolescencia, que contiene dos anteproyectos que dependen directamente de Mato. La ministra pilotará además el plan de apoyo a la familia que Rajoy ha prometido que verá la luz antes de fin de año y que el PP jaleará como una de sus bazas frente a las críticas por la retirada del restrictivo proyecto legal. De hecho, los populares difundieron ayer un argumentario destinado a que lo propaguen sus cargos, al que tuvo acceso este diario, que sostiene que el Gobierno "sigue adelante con su compromiso electoral" de que "la maternidad debe estar protegida".

EL ADIOS Mientras tanto, el Gobierno dispensó una despedida fría a Gallardón, quien ayer oficializó su renuncia al acta de diputado. Mariano Rajoy, a su llegada a China, esquivó a la prensa y por tanto la oportunidad de respaldar públicamente su labor. Lo hizo a través de un tuit y de la publicación en el BOE del cese. Y un portavoz oficial se limitó a señalar que con el paso atrás en el aborto se hace "lo que menos divide a la sociedad". Asimismo resaltó que el presidente se dio prisa en relevar al ministro de Justicia para despejar "cualquier incertidumbre".

En Madrid, la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, evitó enfrentarse a una interpelación de Izquierda Unida (IU) sobre el asunto, que dejó a la ministra de empleo, Fátima Báñez. Y de Gallardón resaltó su "visión política" y que "en parte ha sido su jefe", para contrarrestar la imagen de que ella y Rajoy han frenado su ley.

Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, aseguró ayer que Gallardón es una "referencia" para el PP y "siempre lo será". Recordó que el grupo popular ha tenido siempre "muy buena conexión" con el exministro, a quien le gustaba --dijo-- venir a debatir al Congreso pese a que la legislatura no ha sido fácil.