Juan Costa no será el rival de Mariano Rajoy en el congreso que el PP celebrará en Valencia. Eso, según el entorno del actual líder, no significa que ya pueda respirar tranquilo: algunos de sus colaboradores admiten que el fantasma del voto de castigo en forma de papeletas en blanco, capitaneado y rentabilizado por el sector crítico, podría hacer más daño a Rajoy en el cónclave que cualquier candidatura alternativa, "fácilmente derrotable".

Con esa hipótesis de trabajo sobre la mesa, los consultados subrayan que toca hacer pedagogía en las próximas semanas entre los compromisarios y militantes del PP, a fin de convencerles de que su respaldo a Rajoy (candidato único, salvo sorpresa de última hora) servirá para promover un proyecto "integrador, moderno y ganador". No obstante, los más críticos con Rajoy apuntan que será dificil persuadir a estas alturas a quienes albergan dudas, especialmente si no se desvela "de inmediato" para qué proyecto y para qué equipo se reclama la confianza.

NO SE ATREVE Pero, más allá de la amenaza del voto en blanco, el presidente del PP no tiene compañero que le rete. Como hiciera hace semanas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el exministro Costa tiró una piedra en forma de posible candidatura, pero, llegado el momento de la verdad, ha escondido la mano.

El dice que es por la dificultad para encontrar avales, una vez que Rajoy ha recogido la mayoría. El entorno del actual jefe cree que eso es solo un pretexto, y que el diputado valenciano no logró encontrar a 35 populares de peso (necesarios para completar la lista del comité ejecutivo) que secundaran su propuesta. De hecho, dirigentes del PP como Manuel Fraga, Alberto Núñez Feijóo y José Manuel Soria se encargaron de recordar ayer a Costa que se le habían ofrecido fórmulas para, si presentaba su candidatura, garantizarle los avales necesarios.

En declaraciones a El Mundo , Costa insistió en denunciar las trabas para recoger firmas, y abogó por buscar un líder distinto a Rajoy. "El militante debe poder participar de manera directa en la elección del presidente. Es necesario un nuevo liderazgo. Si no lo creyera, habría avalado a Rajoy", enfatizó Costa.

BUSCAR LA INTEGRACION ¿Y qué pasará ahora con Costa? Desde la dirección se señala que el presidente se comprometió a hacer un esfuerzo para "integrar" a todos, partidarios y críticos.

Sin embargo, se reconoce que "no ayuda demasiado" que el exministro se retire de la carrera y, al mismo tiempo, apueste por otro liderazgo distinto al de Rajoy, o que presuma de no haber otorgado su aval al presidente. Son muchos los que auguran que Costa terminará abandonando las filas populares y regresando a la empresa privada, donde parece tener suculentas ofertas entre las que elegir. "Costa ha renunciado a su candidatura porque ha sido sabiamente aconsejado por gente que le influye. Le han recordado a tiempo que tiene un futuro y un prestigio que no se puede dilapidar no ya en una aventura, sino en una excursión", sostiene un popular que se define como amigo del diputado valenciano.

Pero el amago de Costa, pese a no materializarse, deja abiertos dos frentes a Mariano Rajoy cara al 16º congreso popular. El primero, el de afrontar el debate sobre la idoneidad o no de mantener las actuales reglas de juego para elegir al líder del partido. El segundo, preparar una estrategia para luchar no ya contra otro aspirante a la presidencia del partido, sino contra el voto en blanco. "Nadie sabe si todos los críticos, siendo tan diferentes entre sí, se hubieran puesto de acuerdo para apoyar a Costa. Lo que sí es imaginable es que todos los que pretenden erosionar a Rajoy sumen fuerzas para vender el voto en blanco como liderazgo sin legitimidad", aseveran desde la sede central del PP. Los colaboradores de Rajoy preparan su respuesta.