El veterano político Mariano Rajoy ofreció este miércoles en el Parlamento otra lección de cómo hacer de la necesidad, virtud. Habló sin pausa de pactos, acuerdos, alianzas, diálogo, entendimiento. También con Catalunya. Y dejó claro que aun mirando a todo el arco parlamentario, que le devolvía la mirada con indisimulada desconfianza, a quien buscaba seducir con sus apelaciones a la estabilidad era principalmente al PSOE, ese partido al que agradeció su cambio de rumbo -o sea, su abstención- para permitir que él sea presidente tras dos elecciones y evitar unas terceras. Pero al que a lo largo de su discurso, bien directamente o bien entre líneas, insistió en que ahora ha de pedirle un poco más. Ha de solicitarle apoyo parlamentario para sacar adelante reformas o proyectos de calado. «España reclama un gobierno que pueda gobernar, estable, duradero, sólido y tranquilizador», dijo, después de garantizar que cumplirá con los 150 puntos ya acordados con Ciudadanos y que tratará de sacar adelante, asimismo, los pactos con Coalición Canaria y sus socios electorales UPN, el PAR y el Foro Asturias.

Pero con 170 diputados (los que suman estas formaciones junto al PP) no se ganan las votaciones en la Cámara baja. Por eso Rajoy apela ahora directamente al sentido de Estado de los socialistas para que den un paso más allá de la investidura, mientras algunos de sus colaboradores en el Congreso ya echan cebos al PNV, que con sus cinco escaños podrían, si a última hora se sumara a la causa el diputado de Nueva Canaria, ser clave para sacar adelante unos Presupuestos que Bruselas reclama sin demora. Sobre todo si el PSOE no se da por aludido ante las innumerables llamadas de Rajoy.

NO RETIRARÁ LA REFORMA LABORAL

Entre las cuestiones que, a juicio del aspirante del PP a la reelección, están llamadas a sustentarse en acuerdos de Estado (por tanto con el respaldo de los socialistas) que superen en el tiempo a los periodos electorales están la reforma del sistema de pensiones; la gestión de las migraciones; la lucha contra la violencia de género o en pro de la conciliación; las medidas frente al cambio climático y la adaptación a los avances científicos y tecnológicos.

Agregó que se ha de seguir avanzando en materia de creación de empleo para llegar a los 20 millones de españoles trabajando en el 2020 y anunció una reunión inmediata, en cuanto jure el cargo, con los agentes sociales. Eso sí, para los que albergaban esperanza de que el Rajoy de los consensos (obligados) estuviera dispuesto a dar marcha atrás con su polémica reforma laboral, apuntó que no hay que dar «marcha atrás» en la legislación que «está permitiendo crear medio millón de empleos al año».

Se refirió también a un posible pacto sobre regeneración democrática y a otro en educación que se fragüe en apenas seis meses, así como a un acuerdo sobre financiación autonómica que se diseñe entre partidos, «muy especialmente con el PSOE», aunque atendiendo a las bases que previamente se sienten en una Conferencia de Presidentes que se celebrará en breve en el Senado. «De este foro debe salir un diagnóstico compartido sobre la situación de nuestro modelo autonómico y su suficiencia financiera, así como una respuesta al día de los principios de solidaridad y cooperación que han marchado su desarrollo hasta hoy», añadió.