El líder del PP, Mariano Rajoy, y el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, han inaugurado hoy una nueva etapa de colaboración más "fluida" y "más intensa" sin el propósito ni la obligación de llegar a acuerdos puntuales, sobre todo en el contexto parlamentario. La primera reunión de Rajoy y Urkullu ha servido básicamente para esto: "iniciar un proceso de relación que necesariamente estará guiado por la necesidad de mejorar la actual situación" en España, en palabras del líder del PP, y para dar comienzo a "relaciones formales" entre las cúpulas de los partidos, en declaraciones del dirigente nacionalista.

Según han recalcado los dos en sus respectivas conferencias de prensa, celebradas tras la reunión, no ha habido acercamientos políticos ni acuerdos puntuales, salvo en lo que se refiere al concierto económico vasco, asunto sobre el que Urkullu se ha mostrado "muy satisfecho". La causa de esa satisfacción del presidente del PNV no ha consistido en una posición común, sino, como él mismo ha reconocido, en la respuesta que le ha dado Rajoy: que "el PP siempre ha estado a favor" del concierto económico y de las particularidades fiscales del País Vasco, ha afirmado el líder de los populares.

La crisis económica, la imagen de España en los mercados internacionales, la reforma laboral, el techo de gasto, el debate sobre el estado de la nación del miércoles que viene, la nueva ley de cajas, cuyo proyecto aprobará mañana el Consejo de Ministros, y el pacto energético han sido algunos asuntos abordados. Ninguno de ellos, ni ahora ni a corto plazo, suscita acuerdos o aproximaciones de PP y PNV dadas las diferencias ideológicas, según han reseñado Rajoy y Urkullu. "No hemos entrado en dibujos futuros", ha dicho éste. De hecho, ninguno ha tanteado qué posibilidad de acuerdo habría en el debate sobre el estado de la nación de la semana próxima.

El dirigente vasco incluso ha descartado casi por completo que el grupo parlamentario del PNV apoye una hipotética moción de censura. Tal y como ha indicado el presidente del EBB, la necesidad de más autogobierno en Euskadi, la presencia o desaparición de cualquier agrupación afín a Batasuna en las próximas elecciones municipales igualmente han copado parte de la reunión, celebrada en el despacho que Rajoy tiene en el Congreso de los Diputados. Urkullu ha manifestado que el PNV quiere concitar apoyos alrededor de su voluntad en pro de más autogobierno, y sobre el cerco electoral a Batasuna se ha expresado a favor de que "todas las sensibilidades participen" en los comicios.

Igualmente, ha insistido en que el modelo de Estado tal cual se estructura ahora está en crisis institucional. Al margen de estas desavenencias ideológicas, que Rajoy y Urkullu han constatado, los dos mandatarios han ensalzado la importancia de esta primera reunión oficial como arranque de una nueva etapa de "relaciones más intensas sin otro objetivo que la defensa del interés general", ha apuntado el presidente del PP. Para el presidente del PNV, la reunión de hoy busca "ir labrando un clima de entendimiento".

Rajoy lo ha resumido así: "No ha sido una reunión para acordar nada. No nos hemos sentado a hablar de enmiendas a nada, ni de posiciones ante votaciones en el Congreso. Nada. Ha sido un repaso general de la situación". Los líderes de PP y PNV también se han dedicado parabienes. Rajoy ha dicho de Urkullu que "es muy fácil hablar con él", y Urkullu ha comentado de Rajoy que tiene una "forma de estar y de proceder" muy parecida a la suya, lo que "facilita la relación". La entrevista se ha alargado una hora y a ella han asistido sólo Rajoy y Urkullu.

El presidente del PP llegó primero y, poco después, entre la nube de periodistas, salió a recibir al líder del PNV. Aunque no han hablado de fútbol, las diferencias entre ambos quedaron de manifiesto después, en las conferencia de prensa. Mientras Urkullu ha deseado que gane el mejor la final del Mundial, Rajoy ha expresado su optimismo y ha vaticinado una victoria de España a Holanda por 2-0.