El PP es capaz de robar votos en graneros socialistas, incluso en Cataluña, donde se llegó a poner a los populares en cuarentena política después de que recurrieran el Estatut en el Constitucional. Esa es una de las lecturas que hace el equipo de Mariano Rajoy de los resultados cosechados en las urnas el 28-N y que, bajo su punto de vista, evidencia que la era Zapatero está llegando a su fin y que como ha sucedido con el convergente Artur Mas, el presidente de los conservadores alcanzará el poder la tercera vez que lo intente.

El jefe de la oposición cree, además, que los 18 escaños que Alicia Sánchez-Camacho ha logrado en el Parlament evidencian que su liderazgo está reforzado gracias a una apuesta por el "centro y la moderación" y la renovación en sus equipos.

"HARTAZGO" DE ZAPATERO El líder popular apuntó que los votos de Cataluña han lanzado un mensaje de cambio que, en el cuartel general de los populares, se empeñan en traducir en clave española. "Los ciudadanos castigan, y hacen muy bien, a los malos gobiernos. Y el tripartito no fue un buen gobierno para los intereses de los ciudadanos de Cataluña. Pero en estas elecciones ha quedado patente también el hartazgo de las políticas que a nivel nacional ha llevado a cabo Zapatero en los últimos años", sentenció Rajoy.

Y convencido de que ese "hartazgo" se extenderá como la pólvora por toda la península, Rajoy insistió en que al PP le toca "mantener la línea" táctica seguida en los últimos dos años y medio y abrir los brazos a los descontentos, especialmente a los que en las últimas generales dieron apoyo a Zapatero y ahora se arrepienten. "Somos un partido que está en el centro, en la moderación, un partido en el que caben todos, que promete seriedad, sensatez y rigor y que se ocupa de los problemas de los ciudadanos", recalcó. Sin disimulos, Rajoy pedía así a los suyos que sigan allanándole el camino hacia la Moncloa, como en su opinión hizo el domingo Sánchez-Camacho: "Hemos quedado a 6 puntos del partido socialista en estas elecciones autonómicas, mientras que hace cuatro años la diferencia era de 16 y en generales de 29. Se ha producido un trasvase de votos del PSOE al PP, y eso es muy reconfortante".

"DIGNIDAD" DE MONTILLA Una vez que se había colgado sus medallas y había condecorado con elogios (y hasta con un ramo de rosas) a la presidenta del PPC, confirmó que la noche electoral llamó a Artur Mas para felicitarle por su victoria y afirmó que a José Montilla le han dado la espalda sus votantes "por no estar a la altura" y por "disfrazarse" de pseudonacionalista. La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, telefoneó a Montilla para reconocer la "dignidad" de su mensaje público tras ser derrotado en las urnas. O sea, que como casi todos intuyeron tras las generales del 2008, Aguirre ve con buenos ojos que el candidato que pierde unas elecciones se retire.

Rajoy aseveró ayer que los populares están dispuestos a tender la mano a un nuevo gobierno que necesitará apoyos puntuales siempre que sea para "construir" y para incentivar la recuperación económica de Cataluña y de España.

Sánchez-Camacho, mientras, dijo que aún no ha decidido su voto en la investidura de Artur Mas y que esperará a escuchar los planteamientos del convergente (desde su entorno matizan que Rajoy le da carta blanca).