Frente a la prudencia de Rajoy, Rodrigo Rato sería capaz de jugárselo todo a una carta. Esa seguridad en sí mismo y en sus opciones le ha convertido en el único sucesor que se ha postulado como tal. Al principio siguió las directrices de Aznar de no hablar de la sucesión, pero en los últimos meses ha admitido que está "en condiciones" de ser el candidato si su partido se lo pide. "La ambición es legítima", justifica.

Entró en AP en el año 1977 con el aval de su padre, Ramón Rato, amigo de Fraga y generoso financiador de esa formación. Desde entonces, ha conseguido un gran respaldo interno en el partido. En cuanto a las encuestas, no le han tratado mal, ya que le han situado en segundo lugar en muchos periodos. En el Gobierno, ha logrado alcanzar la vicepresidencia económica, en la que se ha labrado fama de buen gestor. Sin embargo, en las últimas crisis del Gobierno --huelga general, hundimiento del Prestige , la guerra de Irak...-- ha estado casi al margen.

Rato también se ha visto obligado a responder a las puyas socialistas sobre los negocios de su familia. El vicepresidente económico no es agresivo en la expresión de sus ideas políticas, pero puede ser muy punzante en una refriega parlamentaria con la oposición. El pasado mes de julio obtuvo el doctorado en Economía, cum laude .