El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, puso ayer su granito de arena en la campaña de Gobierno contra el tripartito catalán. Tras la reunión del Consejo de Ministros, Rato alertó de los efectos económicos que acarreará el programa de la Generalitat de Cataluña y emplazó a los empresarios de esta comunidad a hacer pública la inquietud que, según comentó, le han trasladado "confidencialmente".

"CONFIDENCIALIDAD" Rato explicó que su diagnóstico pesimista se basa en "informaciones" privadas que reflejan la inquietud del empresariado en Cataluña. Cuando se le pidió que concretara el origen de tales informaciones, el vicepresidente objetó que no quería romper la "confidencialidad", y a continuación instó a la patronal catalana a hacer públicos sus temores.

Por su parte, el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, ratificó que el Gobierno mantiene "inquietudes importantes" respecto al futuro de Cataluña tras el encuentro del jueves entre José María Aznar y Pasqual Maragall. Aunque reconoció que se trata de un "Gobierno legítimo", el ministro portavoz advirtió del riesgo para el futuro y la estabilidad de España.