Cuando apenas se han extinguido los ecos de la última fisura en el PP a raíz de las demandas de Josep Piqué de nuevas voces que no se identifiquen con el pasado, a Mariano Rajoy se le ha abierto otra brecha con los matrimonios gays. La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se puso ayer al frente de los dirigentes del partido contrarios a la decisión del PP de recurrir las bodas homosexuales.

Aguirre calificó el recurso de medida "inoportuna", por el coste electoral que puede tener. La polémica obligó a Mariano Rajoy a dar un golpe de mano. Salió a la palestra, asumió la paternidad del recurso y tachó a la presidenta madrileña de "oportunista" por situar el interés político por encima de la ley.

Según fuentes del PP, Rajoy llamó por teléfono a Aguirre muy molesto y le reprochó que se hubiera manifestado en contra del recurso sin habérselo dicho antes. Y especialmente por esgrimir el argumento de la oportunidad política para justificar su rechazo.

EL SECTOR CRITICO Aguirre no es el único cargo del PP contrario a la presentación del recurso. Comparten su opinión Alfonso Alonso, alcalde de Vitoria; Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid; y diputados como Celia Villalobos, José María Lassalle y Francisco Villar. Estos tres últimos protagonizaron una discusión con el portavoz, Eduardo Zaplana, durante una reunión del grupo parlamentario en junio. Defendieron que el rechazo a las bodas gays alejaba al partido del centro. Sin embargo, Rajoy sostuvo ayer que "ningún dirigente" le ha comunicado que esté en contra de recurrir la ley.

Pero la postura de Aguirre, que ya se opuso a que el PP respaldase expresamente la manifestación del Foro Español de la Familia por temor a que se viera como un ataque a los gays, no responde tanto al recelo de que se la tache de ultraconservadora, sino de perder votos.

Lo que la presidenta de Madrid subrayó durante una entrevista en Los desayunos de TVE es que no está de acuerdo con que se llame matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo, pero sobre todo afirmó que el recurso ante el Constitucional no le parece "bueno ni oportuno", porque se interpreta como un "ataque a los homosexuales".

"PRESIDENTA DE LOS GAYS" Aguirre también quiso rebajar la importancia de la división que hay en el Partido Popular sobre un asunto que negó que sea "fundamental, sino meramente nominalista", y prefirió hablar de "diferentes opiniones sobre una cuestión opinable". La dirigente argumentó que su obligación es proteger los derechos individuales de todos los ciudadanos. "También soy la presidenta de los gays", proclamó.

La polvareda provocada por estas afirmaciones obligó a Rajoy a convocar a los periodistas en el Congreso. Sostuvo que su postura es coherente con la que el PP ha mantenido en las Cortes. "El recurso lo he ordenado yo", zanjó. E insistió en que las bodas entre homosexuales vulneran la Carta Magna. "No se trata de privar de derechos a nadie", dijo para sostener que el PP no quiere discriminar a los gays.

El líder del PP se negó a desvelar si habló con Aguirre después de las polémicas declaraciones, pero la sentencia de que él siempre "colocará la ley por encima del oportunismo político" fue una desautorización en toda regla a la presidenta de Madrid. Y la expresión "me cueste lo que me cueste", sólo vino a reforzar la idea de que no acepta que se haga de este asunto una cuestión de estrategia electoral, aunque pueda salir muy cara en número de votos.