La campaña del Gobierno vasco contra la exhibición de fotos de presos de ETA sufrió ayer un revés de significado carácter simbólico cuando el relator especial de la ONU para los derechos humanos, el finlandés Martin Scheinin, puso en cuestión que mostrar esas imágenes suponga enaltecer el terrorismo. Durante una charla en la Universidad del País Vasco, señaló que el hecho de que familiares o amigos de los reclusos enarbolen sus fotos tiene un "carácter más humano" que de pura incitación a la violencia, elemento que convertiría esa práctica en delito.

Aunque Scheinin matizó que deben ser los tribunales los que analicen el contexto en el que se produce la exhibición de dichas imágenes y se pronuncien sobre su carácter delictivo, lo cierto es que su opinión coincide con el argumento esgrimido a lo largo del verano por las fuerzas nacionalistas para justificar su rechazo a la retirada de fotos.

Catedrático de Derecho Internacional Público, Scheinin admitió que un "discurso visual" puede contener elementos de apoyo a la violencia. Pero aclaró que la muestra de fotos es susceptible de ser analizada con "otro enfoque".

La intervención de Scheinin en la universidad tuvo lugar precisamente en la víspera de que el Gobierno que preside Patxi López apruebe hoy la orden que compensará a los ayuntamientos vascos por los gastos derivados de las tareas de limpieza de cualquier simbología etarra.

ARCHIVO DEL CHIVATAZO Por su parte, la fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó ayer al juez Baltasar Garzón que archive la investigación del chivatazo que recibió en el 2006 el veterano dirigente de ETA Joseba Elosúa, quien fue alertado de su detención. El fiscal sostiene que no se ha podido identificar al soplón, aunque han sido investigados el exdirector general de la policía Víctor García Hidalgo y dos inspectores de policía.