El presidente del Gobierno dio ayer un giro de 180 grados a su política de comunicación. Con tal de vender los logros de su mandato, José Luis Rodríguez Zapatero no fue el blanco de todas las preguntas en un tradicional corrillo con los periodistas, sino que tomó la iniciativa y, tras visitar la Unidad Militar de Emergencias (UME), fue él el que preguntó al jefe operativo de la división, hasta en una decena de ocasiones, por los puntos fuertes de la unidad. Con esta táctica, evitó, además, preguntas incómodas sobre un grupo de nueva creación cuya puesta en funcionamiento ha sido criticada por el PP y por una asociación de militares.

Todo sucedió al término de la visita. Los responsables de prensa habían dicho que no habría declaraciones, sin embargo Zapatero, justo después de consultar con el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, se acercó a los periodistas y pidió al jefe operativo de la UME, el teniente general Fulgencio Coll, que también se aproximara. Entonces el presidente tomó la delantera y empezó a preguntar al responsable militar por los medios con los que cuenta la unidad.

Zapatero se interesó en especial por los aviones y los módulos que sirven para albergar a los militares durante las catástrofes. También preguntó por los plazos previstos para alcanzar la máxima operatividad de la unidad, por el número de vehículos y por el lugar en el que se situará España con este despliegue. Mientras el teniente general daba toda clases de detalles, el presidente miraba a los periodistas con cara de orgullo por los avances de la unidad, que ha subrayado en varias ocasiones que es una apuesta personal.

Por último Zapatero destacó que la UME ha comenzado a funcionar en un "tiempo récord" y se despidió con un "muy bien", con el fin de que la veintena de periodistas diera por terminada la inusual rueda de prensa.