Ningún portavoz de la oposición se salvó ayer de los reproches de Aznar: se encaró a Jané (CiU) por sugerir que el Gobierno actuó en el 11-M por interés electoral; a Joan Puig (ERC) le recordó la reunión de Carod con ETA; a Gaspar Llamazares (IU), que "ridiculizó" la amenaza islamista en España; y a Emilio Olabarria (PNV) le recriminó los "pactos" de su partido con "la organización terrorista Batasuna".