Los investigadores del Cuerpo Nacional de la Policía recogieron restos de amonitol, un potente explosivo de fabricación casera, junto al coche en el que el viernes murió el inspector Eduardo Puelles.

A falta del resultado de los análisis, fuentes de la lucha antiterrorista no descartan que los miembros legales del comando Vizcaya que, presuntamente, colocaron la bomba lapa junto al depósito de gasolina del coche del policía, usaran los restos que les quedan de los 2.000 litros que los etarras robaron en octubre del 2007 en una empresa francesa.