Media docena de grandes firmas españolas copan más de la mitad de la inversión extranjera en Chile. Ahora les toca a las empresas pequeñas. Así lo reclamaron ayer en Santiago el rey Juan Carlos y el presidente chileno, el socialista Ricardo Lagos, ante 350 empresarios de ambos países. Siete compañías con sede en Barcelona y 32 de Madrid estuvieron presentes.

Salvadas las fricciones políticas entre los gobiernos español y chileno por el caso Pinochet , las relaciones vuelven a centrarse en la economía. España es el segundo inversor en Chile, sólo por detrás de EEUU. Pero la lista de inversores se acaba rápido: Telefónica, Endesa, Repsol, Agbar y los bancos BBVA y BSCH. La asignatura pendiente en el país es la cooperación entre pequeñas y medianas empresas.

El Rey alentó esa relación en la clausura de un foro hispanochileno con 74 firmas españolas y 290 chilenas. Lagos insistió en esa apuesta y fue gráfico al agradecer a España sus gestiones para lograr un acuerdo comercial con la UE. Así, explicó, su país ha reducido los aranceles y "en el súper de la esquina pueden encontrar whisky más barato que en un duty free de Europa".

FIN DE LAS DIFERENCIAS El Rey también se entrevistó con el presidente del Tribunal Supremo, Marcos Libedinsky. El caso Pinochet no salió en la conversación, según la Casa Real, aunque la visita del Monarca a esa instancia judicial zanja las desavenencias sobre el procesamiento del dictador. El proceso del juez Baltasar Garzón contra Pinochet no ha sido abordado explícitamente en ningún momento de la visita a Chile. El Supremo archivó el caso de la Caravana de la Muerte hace dos años y se ha pronunciado varias veces contra el desafuero del dictador.