Los Reyes, los Príncipes, el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba --en sustitución de Carme Chacón, de baja por maternidad-- y una multitud de ciudadanos (400.000, según la versión de Defensa, en una ciudad de 800.000 habitantes) arroparon ayer en Zaragoza al Ejército en su segunda exhibición más importante del año. Con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, 1.700 militares desfilaron con las últimas novedades de los tres ejércitos y la Guardia Civil. Los agentes de la Guardia Civil, que en los últimos días han sufrido ataques de ETA, pero también han llevado a cabo destacadas operaciones antiterroristas, fueron de los más aplaudidos. Los millares de personas congregadas en torno al paseo de la Independencia se volcaron con la familia real, a la que aplaudieron y vitorearon.

Peor parado salió el ministro del Interior, responsable provisional de Defensa. Rubalcaba, el único representante del Gobierno en un desfile al que el presidente no suele asistir, fue recibido con leves abucheos. En la parada militar apenas hubo novedades respecto a la del 2007.

Paralelamente, 200 personas participaron en Zaragoza en un desfile antimilitarista convocado por varias asociaciones.