Los Reyes viajarán a Estados Unidos en primavera para aliviar el desencuentro por el que atraviesan las relaciones entre José Luis Rodríguez Zapatero y George W. Bush. Con esta visita oficial, que incluirá varias conversaciones con el presidente norteamericano, el Gobierno español pretende devolver la cordialidad a las relaciones entre los dos países.

Zapatero informó de sus intenciones a Juan Carlos en uno de los despachos semanales que mantiene con el Monarca en el palacio de la Zarzuela. Según fuentes de la organización del viaje, la propuesta fue acogida muy favorablemente por el jefe del Estado. La Constitución española atribuye al Rey "la más alta representación" del Estado español en las relaciones internacionales.

PROTAGONISMO Este artículo de la Carta Magna es la base sobre la que Zapatero apoya su propósito de recuperar para el Monarca el protagonismo internacional. Este viaje confirma esa intención, así como la visita que los Reyes realizarán a Marruecos el mes de enero.

La iniciativa de que Juan Carlos y Sofía actúen como embajadores puede aliviar las tensiones, "pero no supondrá la renuncia a los valores que defendemos en la escena internacional", indicaron fuentes gubernamentales.

En las habituales sesiones de reflexión que se celebran en el palacio de la Moncloa, y en el de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, se abordó reiteradamente cuál sería la estrategia diplomática a seguir si George W. Bush revalidaba su victoria. La organización del viaje de los Reyes a Estados Unidos es solamente un primer paso en esa dirección.

REUNION EN BRUSELAS El encuentro entre el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, y el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que se celebrará en Bruselas el 8 de diciembre, tendrá también como objeto reforzar la cooperación bilateral y la colaboración en el seno de la OTAN, en palabras del jefe de la diplomacia española.

La actual frialdad de las relaciones bilaterales se evidenció anoche en la recepción que ofreció el embajador de EEUU en España, George Argyros, para despedirse del cargo que ocupa desde el 21 de noviembre del 2001. Al acto, celebrado en la sede de la legación diplomática, asistieron en representación del Gobierno el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el ministro de Interior, José Antonio Alonso.

En el marco de un breve discurso, Argyros destacó las buenas relaciones existentes entre los "pueblos" estadounidense y español, y alabó cuatro veces la tarea del rey Juan Carlos en favor de las relaciones bilaterales, pero no citó ni una vez al Gobierno socialista. Agradeció, eso sí, la presencia de los dos ministros y del presidente del Senado, Javier Rojo.