Albert Rivera ha dedicado la mayor parte de su discurso en el debate de investidura para atacar a Pablo Iglesias por colocarse detrás de las pancartas, por "rodear el Congreso", por hablar de "golpe de Estado", por hacer una política de tuits. El presidente de Ciudadanos, que votará a favor de la investidura del dirigente conservador, ha salvado a Mariano Rajoy de las pullas lanzadas durante su intervención y apenas le ha dedicado unas frases sobre los casos de corrupción en el PP y su responsabilidad para que esta legislatura sea exitosa.

El político catalán ha reprochado a Iglesias que se olvide de las "pancartas diarias" que millones de españoles sostienen cada día. Y ha elegido tres: la pancarta del recibo de los autónomos, la factura de los libros de texto y del dinero de la ley de dependencia. "A algunos no les gusta trabajar, les gusta más gritar o lanzar tuits. Algunos hacen populismo y otros aplicamos soluciones", ha argumentado antes de destacar el acuerdo de 150 medidas que pactó en agosto con el PP para dar el 'sí' a Rajoy en su investidura. En ese documento se incluye una reforma normativa para ayudar a los autónomos, se compromete a buscar fórmulas para que los padres no tengan que pagar los libros de texto y se insta a aumentar la dotación económica de la ley de dependencia.

El líder del partido naranja ha abierto y cerrado su discurso recordando unas palabras de Adolfo Suárez, un político con el que se identifica a menudo, cuando dijo que los partidos de la Transición habían tenido que "cambiar las cañerías sin cortar el agua". Al igual que entonces, Rivera considera que con un gobierno en minoría y la necesidad continua de pactos va a tener que volver a hacerse, sobre todo cuando por esas cañerías ha corrido "el agua putrefacta de la corrupción".

"VA A SER DIFÍCIL"

“No va a ser fácil. Va a ser difícil. Pero para eso estamos. Soy elmáximo responsable de que las cosas vayan bien. Tenemos que hablar y acordar”, le ha contestado después Rajoy, quien ha agradecido el "apoyo" de Ciudadanos.

El líder del PP ha aprovechado su intercambio con Rivera, con muchoel más cómodo al que ha tenido que enfrentarse este jueves, para reclamar a los grupos de la oposición que no aprovechen la minoría parlamentaria del PP para echar abajo todo el edificio legislativo construido en los últimos años por los conservadores gracias a su mayoría absoluta, ahora desaparecida. "No podemos liquidar todas las reformas que se han puesto en marcha durante la legislatura ni gastar lo que no tenemos", ha señalado Rajoy, que ha advertido de la desconfianza que podría sembrar en Europa. El dirigente conservador acepta algunos cambios pero no "contrarreformas".

"Se pueden hacer cambios razonables, pero no revertir la política económica. Si empezamos a derogar leyes solo porque las han aprobado otros, aunque sean útiles para el país, le vamos a hacer un flaco favor a España", ha concluido el líder conservador. Rajoy ha advertido de que si hay Gobierno, pero no puede gobernar, se verán afectadas las arcas públicas.

En la dúplica, Rivera ha endurecido un poco el tono y ha pedido a Rajoy que no saque pecho con algunas de las reformas, como la de la LOMCE o la reforma energética. "No siga que me pienso el voto", ha amenazado el presidente de Ciudadanos.