Albert Rivera subió a la tribuna del Congreso con un tono más relajado que el utilizado justo antes por Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y, ya solo por el contraste, animó a escuchar con más atención. Los telespectadores pudieron ver al político catalán pedir perdón en nombre de su partido por el “fracaso” de los diputados, por ser incapaces de ponerse de acuerdo para elegir a un presidente. Ciudadanos participó de la investidura fallida de Sánchez, hace medio año, y ahora, con Rajoy. “Les pido que reflexionen por qué fracasan sus candidaturas”, reclamó. Y mandó un mensaje a los conservadores: volverá a prestarles sus votos pero solo “si algún candidato del PP tiene una investidura viable”.

Rivera amplió seguidamente esa advertencia al PSOE porque no quiere participar más del “teatro” de dos políticos que, a su juicio, piensan más en sus “sillas” que en los españoles, pero la advertencia llegó clara a los oídos de Rajoy: el partido naranja resucitó así el veto al presidente del PP, esa sentencia que anunciaron durante la campaña electoral y que abandonaron poco a poco durante el mes de julio hasta llegar, a mediados de agosto, a firmar un acuerdo con los conservadores que, tras el nuevo fracaso de Rajoy, es papel mojado.

Minutos después, en su turno, el portavoz del PP, Rafael Hernando, respondió a Rivera: “Nuestro candidato es Rajoy, es el que ha ganado, lo va a ser mañana, pasado mañana y durante mucho tiempo”.

MENOS GRITOS

Además, el portavoz popular dijo al presidente de la formación naranja que los populares no firman acuerdos "para quince minutos", sino "para seguir", en referencia al acuerdo de investidura.

El líder del partido naranja lamentó los agrios reproches entre Rajoy, Sánchez e Iglesias. "No es la mejor manera de llegar a acuerdos lo que hemos visto estos últimos minutos en esta tribuna", les afeó antes de recordarles los "dolores de cabeza" que la clase política está dando a la ciudadanía por decirles ya dos veces que "se han equivocado votando".