Ciudadanos afronta las próximas semanas con el convencimiento de haber cumplido con las expectativas de sus votantes: intentar ser útil, poner en valor sus 40 escaños y sentarse a negociar con áquel que tuvo valor para afrontar una investidura, en este caso Pedro Sánchez tras la inesperada renuncia del popular Mariano Rajoy, ganador del 20-D. El acercamiento de un partido de centro-derecha al PSOE es arriesgado, sin duda alguna, pero los dirigentes del partido naranja creen que es un mal menor y una opción a la que con inteligencia y pedagogía se le puede sacar rédito, algo que consideran sería imposible si la alianza hubiera sido con un PP, el de Mariano Rajoy, “manchado” de corrupción y sin haber hecho la “limpieza” interna necesaria a estas alturas.

Tras una reunión este sábado con el equipo negociador de los socialistas, los diputados de C’s han redoblado su apuesta por el pacto con el PSOE. Aunque no haya servido para lograr una investidura. De hecho, la novedad es que a todas las reuniones que se puedan producir a partir de ahora y hasta el 2 de mayo -fecha límite para tratar de investir un presidente o dar paso a otras elecciones generales- acudirán conjuntamente socialistas y Ciudadanos. Pedro Sánchez y Albert Rivera, si se da el caso.

No habrá distinción si el interlocutor es Mariano Rajoy o sus delgados del PP, los partidos de izquierda (incluido Podemos) o grupos nacionalistas como el PNV. PSOE y C’s irán de la mano a cualquier cita. De esta forma se pretende dar la imagen que quien pretende optar a la presidencia tiene no 90, sino 130 diputados (los que suman socialistas y ciudadanos) y que el documento de 200 medidas que ellos ya han elaborado debe ser la base de cualquier negociación, aunque puedan “modificarse o incluirse” puntos nuevos.

LA PEDAGOGÍA

Se rebaja así la posibilidad de que el equipo de Sánchez pudiera alcanzar con los podemistas, por ejemplo, algún acuerdo que Rivera pudiera estimar como una traición, puesto que sus representantes serán testigos de cualquier acercamiento y podrán intervenir antes de que se produzca. Se complican también las opciones para llegar a un pacto ‘in extremis’ del PSOE con las organizaciones de izquierda en pro de una investidura, dado que dirigentes como el propio Pablo Iglesias ya han avanzado que rechazan este formato.

Por otro lado, Ciudadanos tendrá que seguir gestionando la estrategia que han decidido para con el PP. Concretamente ante Rajoy, a quien han decidido atacar duro por su “inmovilismo” y su actitud ante la corrupción y que ven como alguien que se ha zafado con “menosprecio y sarcasmo” de sus responsabilidades como ganador de las elecciones. Rivera le ha llegado a exigir que dé un paso atrás y se marche.

Esto tiene riesgos: la mayoría de votantes y bases de C’s proviene de las filas populares, por lo que tendrán que esforzarse en explicar qué ha llevado al partido nacido en Catalunya a distanciarse de esa forma de la organización que se creía su socio natural. La cúpula ‘naranja’ está convencida de que sabrá gestionar la elección que ha hecho haya investidura o haya generales el 26 de junio y que, por difícil que parezca, podrá distanciarse del PSOE llegado el caso como ya lo ha hecho de los populares.