En el embrollado camino hacia la investidura de un presidente, este martes se produjeron movimientos a tener en cuenta. A saber: El PP y el PSOE continuaron con sus ataques mutuos y ampliando la distancia entre ellos, esa que ha hecho pasar del escepticismo a la desesperanza a los que defendían una gran coalición ‘a la alemana’ para salvar la situación. “La estabilidad solo es buena si se utiliza para aplicar políticas en beneficio de la mayoría. Con el PP esto no es posible”, dijoPedro Sánchez. “El señor Sánchez prefiere pactar con independentistas a dialogar con más de siete millones de españoles. Desde el sectarismo nada bueno se construye”, le replicó Mariano Rajoy.

Ciudadanos, por su parte, se lió a la hora de transmitir qué piensa hacer. El portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, llegó a decir que su grupo podría apoyar a Sánchez si no se “hipoteca” con otros grupos proindependentistas y el PP, además, se abstuviera. La probabilidad de que los populares se sumen a esa propuesta es tan escasa actualmente como de que Rajoy consiga los avales necesarios para repetir esta legislatura, pero ahí queda.

Albert Rivera, el líder de partido, quiso marcar el camino por el que al menos él está dispuesto a transitar: una abstención bien para el PP bien para el PSOE siempre y cuando el otro partido mayoritario se sume a esa práctica y garantice una investidura. De momento, no dice nada de una posible y futura negociación con Sánchez para darle finalmente apoyo si Podemos y el resto de partidos de la oposición se abstiene, el ‘plan b’ de un PSOE que, en principio, buscará en primera opción a la fuerza morada de Pablo Iglesias. La organización podemista que, por cierto, anoche desbloqueó el debate sobre sus grupos parlamentarios formando un sólo grupo "plurinacional" en el Congreso en el que estarán presentes sus alianzas, con excepción de Compromís.

LA CRISIS DE CATALUÑA ENTRA EN PALACIO

Tras algunos 'corrillos' informales con la prensa, se supo que lo que baraja como opción real Rivera es que el secretario general de los socialistas termine por encontrar un acuerdo con Podemos, con PNV e IU y después con el resto de minoritarios en busca de la abstención, a fin de que los 'síes' que reciba sean superiores a los 'noes'. Precisamente este martes el portavoz peneuvista en el Parlamento, Aitor Esteban, pasó por Zarzuela -como Unión del Pueblo Navarro (UPN)- para comunicar a Felipe VI sus intenciones respecto al proceso de investidura: parece que los nacionalistas vascos no darán respaldo a Rajoy y se pensarán qué tipo de aval prestarían a Sánchez. Los navarros, como no podía ser de otra manera, votarán al líder conservador.

La ronda del monarca -que no descarta o el adelanto electoral o una segunda ronda con partidos si junto a Rajoy hay otros aspirantes a ser presidente, según se ha hecho público- continúa este miércoles, en que la crisis con Cataluña entrará también en palacio de la mano de Francesc Homs, el portavoz de Democracia i LLibertat que se verá con Felipe VI, después de que ERC haya decido no acudir recordando que el jefe del Estado no quiso recibir en persona a la presidenta del Parlament para hablar de la investidura, en este caso, de Carles Puigdemont.