Decía Monago hace algunos días que en Extremadura el 'sorpasso' iba a ser del PP al PSOE y, visto lo visto, acertó de pleno. Los populares vuelven a ganar en la región y le dan la vuelta a la tortilla tiñendo de azul todo el mapa extremeño. Mariano Rajoy ha tenido bien empleados sus dos viajes a Extremadura durante la campaña electoral, pues ha cosechado un triunfo de los que valen un potosí. Ya se sabe que este resultado hay que mirarlo en clave nacional, que no se debe hacer una extrapolación al ámbito autonómico, pero liderar las urnas en las dos provincias extremeñas por amplio margen, sacar cinco diputados y seis senadores frente a cuatro diputados y dos senadores del PSOE, y un único diputado de Podemos, resulta todo un éxito para el PP extremeño y el propio Monago, entre otras cosas porque hace sólo seis meses el resultado fue todo lo contrario y parte de las culpas se las llevaron aquí. El balón de oxígeno que recibe es de los grandes, lo que le permite lidiar con mando un partido que lleva ya un año en la oposición.

A estas alturas de la película habrá que decir que las encuestas valen poco y las 'israelitas' a pie de urna todavía menos. O la gente miente demasiado a los encuestadores o los sondeos demoscópicos deben ajustarse mucho más. El PP ha vencido a nivel nacional en todas las comunidades autónomas menos en Cataluña, País Vasco y Navarra, aumentando su ventaja de forma notable en 14 escaños hasta los 137 cuando le daban una bajada de su resultado anterior de diciembre que fue de 123. Mientras, Podemos ha resultado el gran perdedor al no poder materializar el 'sorpasso' al PSOE --a pesar de su unión con Izquierda Unida ha venido a sacar el mismo resultado-- y los socialistas han parado el asalto de la formación morada, pero a cambio han quedado muy atrás del PP, perdiendo incluso en feudos tradicionales como Extremadura y Andalucía.

Echar un vistazo al mapa extremeño esta mañana resulta sorpresivo. Los populares no sólo han ganado en Cáceres, Badajoz, Plasencia, Almendralejo, Coria o Trujillo, municipios donde gobiernan, han vencido en Mérida, Don Benito, Villanueva de la Serena, Zafra, Villafranca, Montijo o Navalmoral de la Mata donde ocupan los bancos de la oposición. Ni en sus peores sueños los socialistas podían plantearse un escenario así. Guillermo Fernández Vara y su partido tienen por delante una ardua tarea, pues por mucha marea azul que haya llegado de Madrid, el caso es que al PSOE lo ha dejado temblando.

Podemos y Ciudadanos tampoco pueden darse por satisfechos. Bajan en la región, lo que cambia su tendencia alcista y asienta el bipartidismo definitivamente en la región alcanzado el 75% de los votos. Aunque Podemos araña el mismo diputado que sacó en diciembre, su éxito resulta escaso, si bien Ciudadanos obtiene un resultado peor dado que pierde 10.000 votos y se queda muy atrás de su primer escaño. Reflexiones quedan por hacer, de todos, pero hoy es día de fiesta para unos y de duelo para otros.