El antinacionalismo de Rosa Díez tendrá su espacio en el Congreso de los Diputados. A la primera fue la vencida y Unión, Progreso y Democracia (UPyD), el partido creado hace seis meses por la exsocialista vasca, ha obtenido un escaño. Díez, acompañada, entre otros, por el escritor Alvaro Pombo, candidato al Senado, y el filósofo Fernando Savater, uno de los ideólogos del partido, compareció exultante para proclamar que se había producido el milagro y anunciar que a partir de ahora su trabajo en el Parlamento se centrará en frenar a los grupos nacionalistas para evitar que "boicoteen" las políticas de Estado.

"Solo con la unidad de la nación se puede garantizar el progreso y la igualdad de todos los españoles", afirmó, tras comprometerse a demostrar que hará política "de otra manera".

UPyD obtuvo casi 300.000 votos, pero fue su resultado en Madrid, con más de 127.000, el que le dio la representación parlamentaria en su primera cita con las urnas. Díez abandonó el PSOE en el mes de agosto para embarcarse en esta nueva aventura. Tras una campaña tan modesta como personalista, pero al fin y al cabo efectiva, ha obtenido la representación que las encuestas ya vaticinaban.

Con un discurso aplaudido por la derecha mediática, Díez ha conseguido que su partido "nuevo, nacional, constitucionalista, laico y progresista" entre en el Congreso.

Ayer, la celebración fue tan austera como la campaña. Casi en familia, porque solo un centenar de personas se concentraron en el céntrico hotel de Madrid en el que UPyD festejó su resultado. Exultantes por su escaño, recibieron con caras largas la victoria socialista. Y con gritos reclamando un cambio en la ley electoral para conseguir mermar la representación nacionalista.

"BIPARTIDISMO BRUTAL" Mientras, en Zaragoza, cuando los sondeos a pie de urna dejaban a la Chunta Aragonesista (CHA) sin su escaño por la capital aragonesa, su secretario de organización, Juan Campos, se quejaba ya del "bipartidismo brutal". Luego, el escrutinio no dejó lugar a dudas: los más de 94.000 votos logrados en el 2004 con el carismático José Antonio Labordeta como cabeza de lista quedaban reducidos a bastantes menos de la mitad. La Chunta alcanzó a duras penas el 5% de los votos en la comunidad, cuando cuatro años atrás se había llevado más del 12%, y acabó siendo superada incluso por el PAR. El beneficiado fue el PSOE, que pasó de 7 a 8 escaños.