Año y medio después de las elecciones, un observador neutral y desconocedor de los entresijos del PSOE podría concluir que en las últimas semanas, su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, está consiguiendo enderezar el rumbo del partido. Se le ve con un discurso más asentado y más cómodo en su papel de componedor de acuerdos, aunque estos pueden no llegar a concretarse. En cualquier caso, siendo todo esto cierto, también lo es que el partido sigue sin calmarse. Varios barones, de hecho, sopesan reclamar «medidas radicales» ante su estancamiento.

Reconfortada por el impulso pactista de los últimos tiempos, la dirección socialista incluso ha anunciado una reunión con los dos presidentes autonómicos, el andaluz José Antonio Griñán y el asturiano Javier Fernández -con los que se ve a menudo discretamente-, para estudiar la propuesta de reforma territorial que el PSOE quiere aprobar en julio, pese a que aún falta consenso entre los barones sobre algunos puntos y en particular con el PSC. La ronda de contactos para llegar a un pacto acaba de iniciarse. El pasado viernes, el jefe de la oposición almorzó con el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, para abordar un entendimiento territorial. En el plano orgánico, el encuentro con Griñán y Fernández reforzará la petición, esa sí discreta, que ha realizado a los líderes territoriales de que aparquen el debate sobre las primarias. Los dos mandatarios autonómicos comparten la decisión de dejar para el segundo semestre del 2014 las elecciones internas.

Pero mientras Rubalcaba llama al orden, el nerviosismo generalizado por las malas expectativas de las encuestas y algunas lecturas sobre el fin del bipartidismo y la impaciencia de algunos aspirantes al liderazgo provoca que parte de los barones se estén planteando que «esto no puede seguir así», que hay que «romper con esta racha». Según los dirigentes consultados, no pretenden actuar contra Rubalcaba sino con su complicidad, compartiendo con él las conclusiones que deberían adoptarse, a su juicio, el próximo mes de julio. Algunos líderes sostienen que 16 meses después del congreso de Sevilla, «la ejecutiva no tira», así que es necesario hacer un test de su funcionamiento y tomar medidas.

POSIBILIDADES / Los barones consultados manejan varias opciones. La más sencilla, el refuerzo de la ejecutiva, cambiando a algunos de los secretarios de área e incorporando a más dirigentes. Pero barajan también la posibilidad de fijar una fecha de primarias para después de la conferencia de octubre y antes, en cualquier caso, de las elecciones europeas de mayo del 2014, o incluso, en lo que sería la decisión más radical, transformar la conferencia de octubre en un congreso extraordinario. «No habría problema. Ya tenemos alquilado el Palacio de Congresos», ironiza un barón. Lo que no quieren es continuar con esta situación. Incluso algunos que no defendían el adelanto de las primarias dicen ahora que mejor fijar una fecha antes de las europeas que seguir alimentando las especulaciones.