Apenas dos horas antes de que los promotores de la nueva formación de la izquierda aberzale registraran los estatutos de Sortu en el Ministerio del Interior, en el Congreso de los Diputados, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba aprovechó un nuevo ataque del PP para asegurar desde su escaño que España se encuentra "ante el principio del fin de ETA". ¿Cuánto tiene que ver lo mucho y bueno que se está moviendo en el mundo aberzale en el optimismo del hombre fuerte contra ETA?

Mucho. En el fondo, el vicepresidente no quiso ayer pasar la oportunidad de hacer un reconocimiento de que lo que está pasando es muy importante. Y de paso advertir a los populares de que se equivocan con su estrategia de infravalorar los acontecimientos de esta última semana en el País Vasco. Horas después, Rubalcaba, en un encuentro con dirigentes de Izquierda Unida y pensando que solo le estaban grabando imágenes y no la voz, dijo en referencia al PP: "No vamos a llorar porque Batasuna pida a ETA que deje las armas", que vino a ser lo mismo que ya había dicho en el Congreso pero en un tono más coloquial.

RECHAZO SIN AMBAGES Desde que el lunes se conoció la postura de los aberzales de optar por el camino del fin de la violencia, recogiendo incluso en los estatutos de Sortu el rechazo "sin ambages" de la violencia de ETA, Rubalcaba se ha mostrado extremadamente cauto en sus pronunciamientos. Esa postura sorprendió de buen grado al equipo de Interior, aunque el vicepresidente quiso destacar que aún no se fía, que ETA sigue existiendo y que ese cambio de actitud no es el resultado de la evolución natural de los aberzales, sino del éxito de la estrategia antiterrorista del Estado.

Por eso Rubalcaba, que mide cada una de sus palabras y más estos días, sorprendió ayer con su optimismo. ¿Quiero esto decir que estaría a favor de la legalización de Sortu? No necesariamente. La situación es compleja y el cruce de intereses múltiples. Nadie de su entorno se pronuncia sobre ese aspecto e insisten en que deben de ser los jueces quienes digan si la rotura con ETA y sus satélites es real o un farol. En cualquier caso, a los legisladores les va a costar encontrar argumentos que invaliden la posibilidad de que Sortu se presente a las elecciones de mayo, salvo que se aferren al detalle de que sus promotores siguen evitando pedir a ETA que se disuelva.

Y en sintonía con Rubalcaba, el lendakari, Patxi López, defendió ayer ante el comité nacional de los socialistas vascos que la legalización de Sortu sería "una buena noticia, porque querría decir que cumple la ley". Y añadió que la democracia "no es una ciudad amurallada, es un espacio de convivencia y libertad y cuantos más entren, mayor es el triunfo de los demócratas", informa Ana Garbati.

Pero eso, de momento, será complicado, como se evidenció en Madrid durante la rueda de prensa que ofrecieron cinco miembros de Sortu. El catedrático Iñaki Zabaleta, erigido como portavoz, leyó un comunicado en el que dio un paso más en la escenificación de esa ruptura con el pasado de Batasuna. "No somos continuidad de nada y nadie fagocitará este partido", dijo.

Un informador le preguntó: "Por qué no aprovechan y se ganan la confianza exigiendo aquí mismo la disolución de ETA". Muy nervioso, Zabaleta se escudó en los estatutos.