El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró ayer que a ETA le hubiera gustado ser una "guerrilla", al estilo de los "movimientos de liberación" latinoamericanos con los que la banda ha mantenido relaciones desde los años 70, y no un grupo terrorista clásico de carácter urbano.

En la presentación del libro Las conexiones de ETA en América , última obra del periodista Florencio Domínguez, Pérez Rubalcaba ha repasado la colaboración histórica de la banda con los movimientos guerrilleros americanos, desde el sandinismo en Nicaragua a las más recientes conexiones con las FARC colombianas.

"A ETA le hubiera gustado que en el País Vasco en vez de carreteras hubiera selva, para que fueran perseguidos por un ejército de ocupación", ha ironizado el titular de Interior, que ha dejado claro que los "verdaderos amigos" de ETA no están en Irlanda del Norte, sino en América, "aunque cada vez tiene menos".

Rubalcaba se ha felicitado de las dificultades que tiene ETA para encontrar apoyos internacionales, entre otras cosas, porque siempre que otro grupo terrorista le ha pedido que deje las armas o ha ofrecido su mediación, la banda ha roto las relaciones.

"A ETA, esto de dejar de matar, no le va", ha proclamado el ministro del Interior, que ha recordado que la ruptura de la última tregua con el atentado de Barajas le supuso a la banda "un enorme desgaste" en su imagen internacional, incluso entre los colectivos afines a la llamada lucha armada.

Una opinión que es compartida por el autor del libro. Florencio Domínguez da por segura la cooperación de ETA con las FARC, el único grupo terrorista latinoamericano que le sigue brindando cierto apoyo. A ETA tampoco le quedan apoyos entre los tupamaros de Uruguay, históricos socios de la banda, según Domínguez.