La sigla de Eusko Alkartasuna (EA) no está en riesgo de ser ilegalizada a pesar de su reciente acuerdo con Batasuna. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, descartó ayer esa posibilidad al poner el acento en la "impecable historia democrática" del partido que fundó el exlendakari Carlos Garaikoetxea, aunque dejó claro que la izquierda aberzale no podrá servirse de EA para colarse en las elecciones porque el Gobierno se encargará de evitarlo.

Esta precisión del ministro responde a las demandas indirectas de varios miembros del PP para que se actúe contra EA si, llegado el caso, brinda sus listas a los radicales. Los conservadores quieren, además, que se investigue si el acto celebrado el domingo pasado en Bilbao, en el que EA y Batasuna sellaron su acuerdo, vulneró el fallo judicial que ilegalizó a los radicales.

El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, se apresuró el miércoles a descartar cualquier acción contra EA por dicho acto y Rubalcaba completó ayer la faena. No obstante, el ministro advirtió de que el Gobierno está preparado para responder a los "trucos jurídicos" de la izquierda aberzale de modo que esta solo podrá actuar en política si rompe "radicalmente" con ETA o consigue que la banda abandone "definitivamente" las armas.

NUEVA MARCA ELECTORAL La dirección de EA ha confirmado que ya ha puesto en marcha el proceso para elaborar sus listas de candidatos, pero de momento se desconoce quiénes serán los cabezas de cartel en el 2011. La única duda despejada es que en Navarra, donde se elegirá el Parlamento foral, comparecerá en coalición con Aralar (Nabai) y que el partido de Patxi Zabaleta no quiere saber nada de la entente con Batasuna. Eso significa que un eventual acuerdo con Batasuna tendría que limitarse al ámbito de la comunidad autónoma vasca y esa opción no gusta a la izquierda aberzale.

En medios nacionalistas se da por seguro que los herederos de Batasuna tienen muy avanzados los estatutos de una nueva marca electoral con la que aspiran a comparecer a las urnas en solitario. Y si no pueden lograrlo para las municipales, que en Euskadi son también forales, tratarán de conseguirlo para las autonómicas del 2013.

La vía de salida cara a los comicios del próximo año podría pasar por pedir el voto para las listas que presente EA, partido que ha sufrido una escisión donde más fuerza tenía, en Guipúzcoa, y que vive sus horas más bajas, con un solo representante en la Cámara vasca y escasa fuerza en las juntas generales (parlamentos provinciales).

CALCULADA DISTANCIA El PNV sigue todos los movimientos con calculada distancia. Excluido por EA y Batasuna del nuevo polo soberanista, ha recibido con frialdad el acuerdo de las dos fuerzas políticas, que ve cómo el fruto de las "necesidades" de ambas para salir del ostracismo. No obstante, lo que ahora interesa al PNV es poner en aprietos al PSE. Iñigo Urkullu criticó ayer en su blog el "cinismo" de los socialistas por apoyar la ley de partidos y a la vez cerrar filas con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que aboga por facilitar la legalización de Batasuna.

El jueves, el presidente del PNV ofreció a José Luis Rodríguez Zapatero negociar las cuentas para el 2011 a cambio de más autogobierno. Urkullu sabe que así pone contra las cuerdas al PSE, al que ayer acusó de "transformismo", y le recuerda que ha llegado al Ejecutivo vasco a cuenta de la ley de partidos, que el año pasado vetó la presencia de la izquierda aberzale en las urnas.