El PSOE y el PP siempre han reaccionado de forma distinta ante la corrupción del adversario. Si el escándalo ocurría en el campo socialista, los conservadores se alegraban, porque lograban obtener un jugoso rédito electoral. Pero no a la inversa. La revelación de trapos sucios en las filas populares no ha supuesto históricamente para los socialistas una buena noticia ante las urnas. Al contrario. Sus dirigentes suelen señalar que ellos lo pagan más que el PP, pese a que no tengan nada que ver con el caso en concreto, ya que se extiende el discurso de todos los políticos son unos ladrones , ante el que el votante socialista es más permeable que el conservador. En resumen, le ocurra a un partido o a otro, la corrupción implica desgaste para el PSOE. Sin embargo, las particularidades del escándalo asociado a Luis Bárcenas, sobre todo por la presunta implicación de Mariano Rajoy, hacen que esta vez sea distinto, y eso explica en parte la firmeza que exhibió ayer Alfredo Pérez Rubalcaba.

OPACIDAD Desde Santa Cruz de Tenerife, donde mantuvo varias reuniones de trabajo, el líder socialista llegó incluso a sugerir que la opacidad del presidente del Gobierno le inhabilitaba para seguir en su cargo. "Para pedir esfuerzos a su país, uno tiene que ser transparente y transparente. Dar explicaciones permanentemente de lo que hace con su vida y con sus sueldos", sostuvo Pérez Rubalcaba.

"Quiero pedirle al presidente del Gobierno que salga él. Porque esta información le afecta a él. Y que responda a dos preguntas: ¿Cobró esos sueldos, sí o no? Y si los cobró, ¿fue en negro o en blanco? Hay una sospecha muy generalizada de que esos sueldos se pudieron pagar y además en negro. Y está creando alarma social. Tenemos una crisis importantísima en este momento, y esta situación se está haciendo sencillamente insoportable para muchos ciudadanos", señaló el secretario general del PSOE.

La dirección socialista sabe que su obligación como principal partido de la oposición es morder este hueso sin complejos. No tiene claro que le sirva para recuperar votos, pero sí que, a diferencia de otros escándalos del PP (el del antecesor de Bárcenas, Rodolfo Naseiro, o la trama Gürtel en su conjunto), este le restará importantes apoyos al PP. Primero, porque salpica a Rajoy. Después, por el contexto económico. "Los votantes del PP no son solo los grandes empresarios, sino muchos que se están viendo empobrecidos por las decisiones del Gobierno y que ahora contemplan estos sobresueldos con indignación", explican fuentes de la cúpula socialista.

CREDIBILIDAD Y en tercer lugar, el PSOE dice que Rubalcaba está especialmente "legitimado" en este asunto. Fue ministro del Interior durante el grueso de la investigación del caso Gürtel , que es la matriz del caso Bárcenas , motivo por el que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, le llegó a acusar de espionaje. "¿Con qué credibilidad sale Cospedal a explicarnos que todo es mentira, si estuvo tres años intentando paralizar la investigación, amedrentando a policías, jueces y fiscales?", se preguntó el líder socialista. "Estuvo tres años diciendo lo mismo que hoy: que van contra ellos. ¿Contra ellos? Van contra la corrupción de su partido". La comisión permanente del PSOE se reúne hoy para analizar con calma el escándalo.