En una intervención con mayor importancia en clave interna para su partido que para el exterior, dada la aplastante mayoría absoluta del PP, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha ofrecido este lunes a Mariano Rajoy, "espíritu positivo" ante la difícil tarea gubernamental que tiene ante sí el nuevo jefe del Ejecutivo. El socialista, eso sí, ha censurado al líder conservador por su falta de concreción sobre las medidas que piensa tomar.

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Rubalcaba se encuentra en una situación de interinidad. Hasta el congreso del PSOE que a comienzos de febrero relevará a José Luis Rodríguez Zapatero, todo es provisional en el partido. Si el exvicepresidente del Gobierno quiere postularse para el liderazgo socialista, como muchos dan por hecho, su intervención en la investidura de Rajoy suponía una excelente oportunidad para reivindicarse como líder de la oposición. Y Rubalcaba la ha utilizado para abogar por un tipo de oposición "constructiva".

"Nuestro voto será negativo, pero nuestro espíritu será positivo. Lo necesitan España y Europa. Nuestra oposición será responsable porque es lo que quieren los ciudadanos", ha dicho primero. "No le vamos a hacer la oposición que ustedes nos hicieron", ha insistido después.

LEALTAD ANTE ETA

El otro gran eje de su discurso ha sido el reproche por la vaguedad del nuevo presidente del Gobierno. A jucio del PSOE, las "cuentas no cuadran", porque Rajoy ha hablado de 16.500 millones de euros de reducción del déficit, ha anunciado incentivos fiscales y ayudas públicas, y sin embargo no ha planteado ningún nuevo ingreso. "¿Cuándo nos va a dar usted las malas noticias? Porque hoy solo nos ha dado las buenas", ha preguntado Rubalcaba, que también ha ofrecido lealtad en la lucha antiterrorista, así como pactos en materia educativa y sanitaria. Después, en su primera réplica, ha vuelto a incidir: "¿No sabe usted qué va a hacer realmente con los ingresos? Seguro que tiene algún esquema en la cabeza. Me gustaría que nos dijera cómo lo van a hacer. Usted ha dicho lo bueno y se ha guardado lo menos bueno". Es decir, los presuntos recortes sociales que Rajoy, según el PSOE, tendría en mente.

"Cuando oigo hablar de desmantelamiento del Estado del bienestar, yo no me doy por aludido", ha contestado el próximo jefe del Ejecutivo. La estrategia de Rubalcaba no ha servido para que Rajoy, que ha agradecido el "tono constructivo" de su adversario -"creo que estamos de acuerdo en muchas cosas", ha llegado a decir-, fuera más preciso, pues su intención era ser calculadamente ambiguo. Pero al menos ha servido para que el nuevo presidente aclarase que dejará la edad de jubilación tal y como está: en los 67 años.