Si a estas alturas alguien aún duda de las intenciones reales de ETA, basta con echar un vistazo al taller de fabricación de bombas que los dos últimos presuntos terroristas detenidos el sábado en Portugal trasladaban en una furgoneta. Para el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, este último fin de semana ha sido "esclarecedor" porque a su entender desmonta cualquier especulación de los que todavía sostienen que en el seno de la banda se ha abierto un debate sobre el abandono de la violencia. "Quien organiza una nueva base logística en Portugal no está pensando en dejar la violencia", aseguró ayer en Cuatro. También aprovechó para aconsejar que "no se baje la guardia" porque la alerta de atentado o secuestro sigue vigente: "Ojo, ojo, mucho ojo porque ETA lo volverá a intentar". Rubalcaba quiso confirmar lo que la semana pasada explicaron, amparadas en el anonimato, fuentes de la lucha antiterrorista: que ETA quería montar una nueva base logística en Portugal ante el acoso que sufre en el sur de Francia. Pero no concretó si la providencial actuación de los dos guardias civiles que el sábado por la noche vigilaban un polígono de Bermillo de Sayago (Zamora) para prevenir el robo de jamones en almacenes abortó los planes de los terroristas o, por el contrario, ETA ya cuenta con una mínima infraestructura en ese país.

El material encontrado en la furgoneta que el presunto etarra Garikoitz García Arrieta abandonó para huir en el Nissan Patrol que robó a los guardias civiles llevó al ministro a asegurar que ETA no preparaba un gran atentado, sino "varios". Los componentes eléctricos son los utilizados por la banda para la construcción de bombas lapas. Los detenidos también transportaban tres bombonas, una de ellas ya recortada, de las utilizadas por la organización para la fabricación de coches bomba.

Para Rubalcaba, la posibilidad de reanudar en un futuro el diálogo con ETA "es imposible". Y zanjó: "A la tercera va a la vencida. Creímos firmemente que se podía acabar la violencia en ese proceso, pero ahora sabemos que no es posible".

INVESTIGACION También se refirió a las declaraciones del etarra Pedro María Olano tras ser detenido. Este no solo acompañó a la Guardia Civil para señalar varios zulos, sino que confirmó lo que hasta ahora Interior y el Instituto Armado creían que solo era un plan: que ETA intentó derribar tres veces el avión del presidente José María Aznar en el 2001 con un misil que no funcionó. Los peritos tratan de investigar ahora qué falló.