Ni la relevante y diversa cartera de asuntos que maneja en España el vicepresidente primero del Gobierno, ni la prórroga del estado de alarma, ni tan siquiera el runrún de un inminente comunicado de ETA impidieron ayer que Alfredo Pérez Rubalcaba se desplazarse a Afganistán para arengar a las tropas allí destacadas en vísperas de Navidad. Tras felicitar las fiestas y hacer llegar a los soldados españoles un saludo del Rey y del Ejecutivo, Rubalcaba apostó ante los presentes por hacer un último esfuerzo para "acabar la tarea" que allí están desarrollando desde hace ya nueve años, la más "importante y difícil", dijo, que han llevado a cabo las fuerzas armadas.

Así, el político socialista que más portadas está protagonizando en los últimos tiempos por su hiperactividad (la acumulación de cargos obliga), insistió en que el contingente español destacado en suelo afgano no ha ido hasta allí para quedarse, pero evitó dar fechas de retirada o concretar el calendario de cesión de las zonas bajo supervisión española a la Administración afgana, en principio prevista para 2011 y 2012.

"Hay un calendario indicativo para ir transfiriendo competencias. Pero no podemos permitirnos que Afganistán vuelva a exportar odio. No podemos permitírnoslo. Hay que acabar la tarea y por eso es muy importante hacer un esfuerzo para formar a su policía, su ejército y ayudar con las infraestructuras. Estamos preparando Afganistán para que, cuando nos vayamos, nunca vuelva a ser lo que fue", subrayó en un discurso dirigido a los militares que aún permanecen en la zona de conflicto.

MUERTOS EN ACTO DE SERVICIO En este contexto, avisó a los miembros del contingente español que le escuchaban de que la única forma de salir del territorio afgano con "el objetivo cumplido" es dejar formada a una buena policía y un buen ejército nacional, que pueda hacerse cargo de la situación una vez que se hayan retirado las tropas internacionales.

El ministro Rubalcaba tuvo un recordatorio para los españoles fallecidos en la misión de Afganistán (hasta ahora han muerto 94). Los últimos fueron, precisamente, dos guardia civiles y un intérprete, que resultaron asesinados el pasado 25 de agosto cuando daban clase a policías afganos. "Son los mejores y no los vamos a olvidar. Y vamos a intentar por todos los medios que sus asesinos acaben ante la justicia afgana", apostilló.

De hecho, Rubalcaba aprovechó su viaje a Qala i Naw --previamente estuvo en Herat-- para mantener un encuentro privado con el gobernador de Badghis (región que alberga la base española Ruy González de Clavijo), Delbar Jan Arma. En el transcurso de esa reunión, el vicepresidente instó al gobernador a "apretar" en la investigación sobre la muerte de los guardia civiles. "Espero que lo haga", recalcó el titular de Interior ante los compañeros de los agentes que fueron asesinados.