La incertidumbre sobre la verdadera importancia de la operación policial contra ETA que llevó a la cárcel al dirigente de la banda Xabier López Peña, Thierry, llegó ayer al Congreso de los Diputados. Alfredo Pérez Rubalcaba justificó que el Ministerio del Interior situara a Thierry como el etarra con más poder en los aparatos político y militar de la banda terrorista porque esa fue la información que le trasladaron los mandos de la Guardia Civil. "Soy muy prudente en mis expresiones; es más, normalmente me las dan por escrito las fuerzas de seguridad", aseguró el ministro. No obstante, admitió que la organización etarra acostumbra a sustituir de forma inmediata a su cúpula capturada, y de hecho, en este caso, "ya la ha nombrado".

AFAN DEL EJECUTIVO Fue Joan Ridao, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en la Comisión de Interior, el que le reprochó el afán del Gobierno por anunciar "periódicamente" que se captura a la cúpula de ETA. Después de que algunos dirigentes del PNV minimizaran hace unos días la operación, Ridao se felicitó ayer por las detenciones de la semana pasada, pero afirmó que "es discutible que tengan la relevancia que se les ha querido dar". Rubalcaba le respondió que el Ministerio del Interior "ni aumenta ni disminuye", sino que traslada la información que le facilitan las fuerzas de seguridad.

En este sentido, Rubalcaba precisó que el golpe no supone el final de ETA, pero sí acerca "un poco" más el Estado a la victoria. Y reiteró que la organización está "más débil que nunca", aunque afirmó que todavía tiene capacidad "para hacer mucho daño". Rubalcaba, que compareció para explicar sus nuevos planes, garantizó 500 agentes más --un 10% de incremento-- para la lucha antiterrorista. En la pasada legislatura pasaron de unos 3.300 a más de 5.100.

Además, prometió 14 reformas legales para mejorar la seguridad, entre ellas el relanzamiento de la ley integral para las víctimas del terrorismo que se aparcó en el 2007 por el enfrentamiento con el PP.

INTERVENCION MAS MODERADA A este respecto, el portavoz popular, Ignacio Cosidó, hizo una intervención más moderada que la de sus antecesores, en la línea marcada por el presidente de los conservadores, Mariano Rajoy, de suavizar la confrontación con el Ejecutivo socialista en esta materia. No obstante, criticó a Rubalcaba por su "déficit de credibilidad" y le pidió una postura explícita sobre un nuevo diálogo con la banda terrorista, a lo que el ministro respondió que la única salida que le queda actualmente a ETA es abandonar "unilateralmente" la violencia.