El empresario José María Ruiz-Mateos insistió hoy en su inocencia después de abandonar la prisión de Alcalá Meco y denunció que el juez encargado de su caso "seguía directrices extrañas".No obstante, rechazó acusar "a nadie" (incluido el Gobierno) sin saberlo con exactitud, aunque afirmó que "podrían ser los mismos" que lo llevaron a la cárcel anteriormente por el caso Rumasa. "Juro ante Dios que no conozco las causas de mi encarcelamiento", afirmó, "y que tengo la conciencia muy tranquila, aunque me hubiera gustado salir de la cárcel por inocente y no por viejo y enfermo".

Ruiz-Mateos hizo estas declaraciones ante los periodistas, visiblemente emocionado y acompañado de su familia y su abogado, en la fábrica de Clesa en Madrid (empresa que mañana pasará a formar parte de Nueva Rumasa, tras la compra de Parmalat España por el grupo propiedad del empresario).

Tras una propuesta realizada por el centro penitenciario y aprobada por la Dirección General, el empresario ha sido clasificado en tercer grado por su avanzada edad de 76 años y por su delicado estado de salud y ha podido abandonar la prisión.

Durante los próximos días, Ruiz-Mateos tendrá que hacer una llamada telefónica de control dos veces al día. "Se ha cometido una injusticia tremenda, pero yo perdono a todos porque, a pesar de que han intentado destrozarme, tengo la conciencia muy tranquila", declaró.

El empresario insistió en que su anterior condena "fue falsa" y que los que la perpetraron "no han podido admitir que haya vuelto de nuevo y que haya creado Nueva Rumasa, un grupo que cada vez es más grande".

Asimismo, lanzó un mensaje de tranquilidad a los trabajadores de su empresa y aseguró que "en esta empresa no se reduce nada". Informó también de que lo primero que han hecho después de su salida es hablar con los comités de empresa de Barcelona y Madrid.