Los cuatro salafistas del llamado comando del detergente procesados por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón negaron ayer haber manejado y manipulado un teléfono móvil como los empleados en la matanza de Madrid y en el atentado de Bali, perpetrado en octubre del 2003. El abogado de los procesados, Sebasti Salellas, explicó que ese aparato apareció en un domicilio de Olot (Girona) de una persona que "ni siquiera ha sido citada a declarar".