La salida del Gobierno del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, para incorporarse a las listas del PSC para las próximas elecciones catalanas de noviembre, obligará a remodelar por tercera vez en dos años el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Para hacerse efectiva la salida de Corbacho, apuntan fuentes socialistas, deberá esperar a que pase la huelga general del 29 de septiembre y a ella se podría unir la de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, si finalmente es elegida en el proceso de primarias abierto en Madrid para elegir al candidato del PSOE a la presidencia de la comunidad madrileña.

Queda pendiente de concretarse la posibilidad de que las modificaciones en el Gabinete sean más amplias y que se puedan confirmar hipótesis que se barajan como la candidatura del titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para la alcaldía de Córdoba. La remodelación del Gobierno será la tercera de esta legislatura, después de la entrada en el Ejecutivo, en febrero de 2009, de Francisco Caamaño en sustitución de Mariano Fernández Bermejo y de la incorporación, en abril de 2009, de cinco nuevas caras al Gabinete de Zapatero: Manuel Chaves, José Blanco, Ángeles González-Sinde, Trinidad Jiménez y Ángel Gabilondo.

A ellas se unió el nombramiento de Elena Salgado, hasta entonces ministra de Administraciones Públicas, como vicepresidenta económica. Desde la llegada a La Moncloa de José Luis Rodríguez Zapatero, en marzo de 2004, se han producido siete remodelaciones dentro del equipo que cada viernes se sienta en el Consejo de Ministros, por el que han pasado hasta ahora 34 personas. Corbacho se va para ocupar un puesto en la candidatura que encabezará José Montilla para las elecciones catalanas del mes de noviembre.

No será el primer ministro que abandona el Gobierno para luchar en el ruedo de la política autonómica y seguramente tampoco el último. Si Trinidad Jiménez deja finalmente su despacho en el Paseo del Prado será para enfrentarse en las urnas a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre. La ex presidenta del Senado es uno de los ejemplos de cómo se puede triunfar en la política autonómica después de haber ocupado una silla en el Consejo de Ministros, además de en la Cámara Alta.

José Montilla puede presumir también, junto a Aguirre, de presidir una comunidad tras ser miembro de un Gobierno en Madrid. Pero el haber sido ministro no es garantía de triunfo cuando hay que enfrentarse a una campaña electoral como cabeza de lista. Es el caso de los ex ministros del PP Josep Piqué o Jaime Mayor Oreja o el socialista Juan Fernando López Aguilar, quienes no lograron el objetivo de presidir sus respectivas comunidades autónomas.

También hay ejemplos de "ida y vuelta", como el de Manuel Chaves, que fue ministro de Trabajo con Felipe González, gobernó Andalucía durante 19 años y volvió al Gobierno en abril del pasado año para ocupar la vicepresidencia tercera. En el PP, Jaume Matas también hizo este doble viaje, en este caso de Madrid a Baleares, comunidad que gobernó antes de formar parte del Gobierno de José María Aznar, que dejó en marzo de 2003 para regresar a la Presidencia autonómica, previo paso por las urnas.