Pedro Sánchez ha recibido este miércoles las críticas de ERC con gesto imperturbable, respondiendo a los ataques con agradecimientos. El Gobierno quiere volver a atraer a los republicanos a la mayoría de la investidura, que se ha fracturado a raíz de la gestión de la pandemia y las sucesivas prórrogas del estado de alarma solicitadas por el presidente.

ERC fue determinante en la reelección de Sánchez, al permitir con su abstención que saliera adelante, a cambio de una mesa de diálogo sobre el "conflicto político" en Cataluña entre el Ejecutivo y la Generalitat. El organismo no se ha vuelto a reunir desde que se aprobó el confinamiento. Los republicanos, en un contexto preelectoral, luchando con JxCat por el voto independentista, quieren que la mesa celebre una nueva reunión cuanto antes. Sánchez ya ha dicho que mantiene su compromiso, pero de momento ha eludido poner fecha a esa próxima cita. Tampoco lo ha hecho este miércoles, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.

"El programa del Gobierno permanece vigente. Lo reivindico. Creo que es más necesario que nunca", ha dicho Sánchez al portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián. "Agradezco que su grupo se abstuviera en la investidura y agradezco la actitud constructiva que ha tenido su grupo a la hora de ir convalidando decretos leyes", ha continuado el presidente.

"Ustedes hacen matemática en lugar de política. Eligen 10 votos de la derecha a cambio de nada, y no 13 votos republicanos a cambio de ayudas sociales. Es muy peligroso darle aire a la derecha", le ha dicho Rufián, aludiendo al pacto entre el Gobierno y Cs para que los naranjas volvieran a apoyar la prórroga de la alarma. "Tienen un compromiso con nosotros: una mesa de diálogo y negociación", le ha recordado el líder republicano.

"Vamos a reactivar la comisión de diálogo. Vamos a mantener nuestros compromisos de investidura. Y agradezco de nuevo su voluntad constructiva", ha insistido Sánchez.

PETICIÓN DE DIMISIÓN

Justo antes, el intercambio entre el presidente y el líder del PP, Pablo Casado, se ha ajustado a sus agrios patrones tradicionales. Casado ha pedido la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska ("sobra", ha dicho), por la reciente crisis dentro de la Guardia Civil, que a su juicio muestra la presunta intención del Ejecutivo de "sabotear la independencia judicial" y querer "amordazar al pueblo español".

"Si usted habla como Vox, actúa como Vox y vota como Vox, si no es lo mismo, empieza a parecer lo mismo que Vox. Y eso es un problema para la democracia española", le ha contestado Sánchez.