El discurso de Pedro Sánchez está cada vez más alejado de un Gobierno de coalición con Podemos, la fórmula que exploró sin éxito para lograr su investidura el pasado 25 de julio. Aquello fracasó, al no ponerse de acuerdo con Pablo Iglesias sobre el reparto de ministerios, y no se va a volver a repetir. El presidente en funciones ha aprovechado este miércoles su breve comparecencia tras despachar con el Rey en Mallorca para armarse de argumentos en contra de esa posibilidad, en la que los morados siguen insistiendo como condición para garantizar la reelección del líder socialista, evitando así una repetición de elecciones que tendría lugar el próximo 10 de noviembre.

Sánchez ha ofrecido diversos motivos, desde que fue Podemos quien "rechazó" la coalición hasta la "desconfianza recíproca" que protagoniza su relación con Iglesias, pasando por las "visiones completamente distintas" que los dos dirigentes tienen sobre el ahora descartado Ejecutivo conjunto. Todos los argumentos han evidenciado su profundo distanciamiento del secretario general de Podemos.

"Nosotros intentamos explorar la coalición, pero fue rechazada por el partido del señor Iglesias", ha señalado el líder socialista, que llegó a ofrecer a Podemos una vicepresidencia (que en principio iba a recaer en Irene Montero) y tres ministerios: Vivienda, Sanidad e Igualdad.

"Ha sido Podemos el que ha rechazado el gobierno de coalición -ha continuado Sánchez-. Hay que ser claros. Ha habido dos argumentos que Iglesias ha utilizado para pedir una coalición: el primero tenía que ver con su supuesta desconfianza hacia el PSOE. De tantas veces que le he oído decir que desconfía, he acabado por desconfiar de las posiciones de las posiciones de Iglesias. La desconfianza es recíproca".

Visiones "completamente distintas"

Pero aquella negociación, ha insistido el presidente en funciones, también sirvió para poner de manifiesto "dos visiones completamente distintas" que el secretario general de Podemos y él mismo tenían sobre esa fórmula. "Nosotros buscábamos un gobierno plural. Podemos, dos gobiernos en uno. Ni antes ni ahora se ve claramente una rectificación de sus postulados. Es evidente que tenemos que buscar otras fórmulas", ha concluido el líder socialista, que ahora, a través de reuniones con distintos colectivos (sindicatos y patronal, asociaciones ecologistas y feministas, tercer sector…) busca que Iglesias acepte apoyarle a cambio de un programa de medidas.

Podemos, hasta el momento, ha cerrado la puerta a esta posibilidad, acercando la hipótesis de una repetición de elecciones, que quedarían automáticamente convocadas si no hay investidura antes del 23 de septiembre. Sánchez no se ha mostrado muy optimista, y muchos en su partido ya empiezan a ver los nuevos comicios como el escenario más probable, pero tampoco lo ha dado todo por perdido. "Yo no tiro la toalla, yo no pierdo la esperanza", ha explicado, apelando al reciente mensaje de Felipe VI. El pasado domingo, durante el tradicional posado que protagonizó junto a su familia, el Rey dijo que "lo mejor es encontrar una solución antes de ir a nuevas elecciones".

Sánchez está de acuerdo con esta tesis. "El mandato del pasado 28 de abril es claro y rotundo: los españoles quieren un gobierno progresista que no dependa de fuerzas independentistas, y eso también interpela al PP y a Cs", ha argumentado, volviendo a pedir la abstención a Pablo Casado y Albert Rivera, un paso que ninguno de los dos dirigentes está dispuesto a dar.

El mensaje, al mismo tiempo, acrecienta la distancia entre Sánchez e Iglesias, quien considera que aquí se pone de manifiesto que el líder socialista no tiene "proyecto" para España, al estar supuestamente dispuesto a gobernar tanto con la izquierda como con la derecha.

Casi en precampaña

Pero Sánchez no piensa dejar de trasladarlo. Primero, porque si finalmente hay acuerdo con Podemos, algo que ahora mismo parece lejano, podrá argumentar que han sido el PP y Cs quienes le han obligado a hacer depender la investidura de ERC y JxCat. La abstención de alguno de estos dos partidos sería indispensable en ausencia de un gesto similar por parte de populares o naranjas.

Y segundo, porque el mensaje forma parte de esta suerte de precampaña estival. Si hay repetición electoral, algo que Sánchez subraya que no quiere, en la ejecutiva del PSOE creen que sus resultados mejorarán respecto a sus 123 diputados actuales, gracias a dos supuestos "fallos" de sus adversarios. La "agresividad" de Rivera, que al rechazar cualquier entendimiento con los socialistas y fiarlo todo a sus pactos con el PP y Vox ha provocado una estampida en la dirección de su partido y puede alejar al electorado más moderado de los liberales. Y la "obsesión" de Iglesias por los cargos y no por las políticas, algo en lo que los socialistas insisten cada vez que tienen oportunidad.