Los últimos días han sido especialmente prolijos en tensiones internas, tanto en el Gobierno como en el PSOE. Poco después de que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pasaran su primer trámite, iniciando un camino sobre el que existen pocas dudas de que acabará con su aprobación, Podemos registró junto a ERC y EH Bildu dos enmiendas a las cuentas, en las que pedían paralizar los desahucios durante los dos próximos años. Aquello sentó muy mal en la parte socialista del Ejecutivo. Al mismo tiempo, los aberzales habían votado en contra de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, prefigurando su futuro apoyo, algo que provocó malestar en varios barones del PSOE. Pero Pedro Sánchez optó este domingo por cerrar ambas heridas.

Sobre todo, con Podemos. Tras su participación en la cumbre virtual del G20, el jefe del domingo ratificó su confianza en la coalición con los morados, con quienes también ha habido roces por la crisis de inmigrantes en Canarias, rechazó llevar a cabo cambios en el Gobierno cuando se aprueben las cuentas y justificó el hipotético respaldo de Bildu a ese proyecto, que garantizará la continuidad e incluso culminación de la legislatura.

Sánchez pasó de puntillas por la enmienda sobre desahucios presentada por Podemos junto a republicanos y aberzales, un movimiento propio de los grupos de la oposición y no de los que forman el Ejecutivo. El presidente se limitó a señalar que la legislación en vigor ya impide los desalojos inmobiliarios, e incluso abrió la puerta a "tomar más medidas", como las planteadas por el partido de Pablo Iglesias. Para él, no hay diferencias entre los miembros socialistas y los morados dentro del Ejecutivo. "Una vez se firmó el acuerdo todos los ministros son del Gobierno, no de un partido u otro", insistió, antes de considerar que la "unión de la izquierda es una buena noticia para el país", sobre todo en un contexto de "emergencia sanitaria, social y económica" debido a la pandemia del coronavirus. "Todos los ministros tienen mi total confianza y empatía", subrayó el líder socialista.

LOS ABERZALES

Sánchez no muestra mucha incomodidad con EH Bildu. No lo hizo cuando los aberzales se abstuvieron en su investidura, el pasado enero. El presidente tampoco lo ha hecho ahora, con la participación de la formación vasca en el inicio del trámite parlamentario de los Presupuestos, respaldado por 198 diputados. Aun así, el jefe del Ejecutivo evita citar sus siglas. "La España democrática está representada en todos y cada uno de los escaños. Las únicas siglas que le importan a este Gobierno son las de PGE. Los necesitamos", dijo.