El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena tiene previsto resolver este lunes la última petición de libertad presentada por el diputado de Junts per Catalunya Jordi Sànchez, nombrado jefe del grupo parlamentario de esta formación, pese a estar en la cárcel desde el pasado 16 de octubre por orden de la jueza Carmen Lamela. La resolución dictada el viernes respecto al 'exconseller' Joaquim Forn no hace albergar demasiadas esperanzas sobre que quede en libertad, dado que hay argumentos que le son perfectamente aplicables.

En concreto, los relativos a la renuncia de la utilización de la vía unilateral, con la que ambos pretendía que quedara invalidado el riesgo de reiteración delictiva. Tanto Forn como él se lo plantearon al magistrado el pasado 11 de enero. Pero, según lo que le ha dicho al 'exconseller' de Interior, "la evaluación de su intención real exige unos marcadores más estables que su propio discurso".

Destaca que existe "un contexto político en el que no hay certeza de que haya desaparecido la intención de alcanzar la independencia de Cataluña, existiendo todavía sectores que defienden explícitamente que debe conseguirse de manera inmediata y perseverando en el mecanismo de secesión contrario a las normas penales" que se enjuician en la causa por rebelión.

"Precisamente esta última actitud es la que sostiene quien otorgó en su día la confianza" a Forn para ser 'conseller', pero también a Sànchez que en las elecciones del 21 de diciembre iba de número dos de las listas de Junts per Catalunya, junto a continuación del 'expresident'.

MOVILIZACIÓN SOCIAL

Aunque el rechazo a la libertad de Forn también se articula sobre la autoridad que ejercía como 'conseller' sobre los 17.000 mossos, lo que les impidió cumplir con la ley el 1-O, la capacidad de movilización social que se atribuye a la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y a Òmnium Cultural siempre se ha situado por el magistrado en el centro de la violencia necesaria para que haya existido un delito de rebelión. De hecho, esa posibilidad de convocatoria de concentraciones también ha servido de argumento para no dejarle asistir al Parlament junto al exvicepresidente Oriol Junqueras.

Durante su declaración ante el juez Sànchez se comprometió a renunciar a su escaño si su partido incurría en la vía unilateral de nuevo, pero no es fácil que esa promesa sea suficiente para el magistrado. A Forn, que renunció a su sillón en el Parlament, le ha recordado que eso no le impediría en ningún caso ser elegido 'conseller', que fue la forma en la que participó en el plan secesionista que se imputa a un total de 28 personas.

El líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, también sigue en prisión. El magistrado tiene aún que pronunciarse sobre su última petición de libertad. Como él no es diputado prefirió presentarla después, al no haber ya una urgencia especial para asistir a plenos parlamentarios.