Llegó bien temprano al Congreso esta mañana el aspirante a la presidencia, Pedro Sánchez, dispuesto a defender su investidura, sin duda una de las más complejas que se han sometido a votación en este Parlamento aunque solo sea por la cantidad de apoyos o abstenciones que necesita para hacerla efectiva. Y lo hizo con actitud guerrera y dialéctica de izquierdas, sabiendo que será esta la jornada en que sea haga oficial que tendrá que hacer frente a una batalla en Madrid, la que va a darle sin tregua una derecha que no renuncia a la protesta en la calle, y otra en Barcelona, donde se celebrará hoy otro Pleno que no será precisamente para felicitarle por la investidura que, supuestamente, le está al caer. Investidura Pedro Sánchez: Debate y últimas noticias en directo

La duda que en principio sobrevolaba sobre la Cámara era si ERC mantendría su necesaria abstención para que Sánchez cuadre el círculo, una vez que la Junta Electoral Central (JEC) ha desatado una tormenta de última hora inhabilitando al president Quim Torra y a Oriol Junqueras. El diputado Gabriel Rufián se ha resistido a despejar la incógnita públicamente, por más que los periodistas lo han intentado, respetuoso con la ejecutiva que su partido ha convocado también esta mañana para (hipotéticamente) reflexionar sobre la cuestión. Pero no tuvo tantos remilgos la parlamentaria de JxCAT Laura Borràs, quien se encargó de recalcar a la prensa que los republicanos no cambiarán su voto, según le habían trasladado a su organización por cauces discretos. El asunto, sin duda, dará que hablar en la sesión extraordinaria del Parlament que tendrá lugar esta tarde, para valorar la decisión de la JEC. Todo esto, desde la vertiente catalana.

En la capital, sumida en gélidas temperaturas pese al ambiente caldeado del hemiciclo, se ha improvisado ya una manifestación llamando a la "unidad" que va a contar con la presencia del alcalde de la ciudad, José-Luis Martínez Almeida. No se prevé que tenga demasiado éxito dadas las temperaturas y las fechas, proclives a hacer turismo y cartas a los Reyes Magos. En todo caso la protesta será la primera de una larga lista que ya está prevista en las agendas de la derecha política y social para los próximos meses. Vuelven las pancartas del "se rompe España" que tan célebres hicieran populares como Ángel Acebes o Eduardo Zaplana en la era Zapatero, cuando se anunció la reforma del Estatut. El jefe de los socialistas y de la futura coalición gubernamental con los morados, lo sabe.

"No se va a romper España, no se va a romper la Constitución: aquí lo único que se va a romper es el bloqueo a un Gobierno progresista elegido democráticamente por los españoles". Estas fueron las primeras palabras del candidato desde la tribuna. Ahí es nada. Sin rodeos, con el escudo dialéctico puesto y enseñando la lanza retórica. De fondo se oían tambores: en los minutos previos al inicio de su discurso, varios dirigentes y diputados de la oposición le habían acusado desde los micrófonos de distintos medios de poner al país, a sus esencias y a sus ciudadanos a subasta en el supuesto bazar independentista catalán, con tal de ganarse a ERC. Desde distintos territorios, los conservadores trataban de ganar difusión gracias al eco mediático.

Incomodidad y cohesión socialista

Los diputados castellano-manchegos del PP explicaron, a las puertas del Parlamento, que han enviado una carta a su presidente autonómico, el socialista Emiliano García-Page, instándole a boicotear lo que consideran una "traición" a España más que una investidura: populares y naranjas tratan de apurar las horas previas a la votación definitiva, que se celebrará el próximo martes, para que los barones del PSOE que se intuyen más incómodos con el acercamiento a los soberanistas de Catalunya den un manotazo y rompan la baraja. ¿Cómo?. Negándose a votar a Sánchez. Que se sepa, de momento su maniobra no cuaja, pese a que Page ha hecho un comunicado censurando el pacto alcanzado con los republicanos, criticando la bilateralidad y advirtiendo sobre una consulta posterior que pueda bendecir el resultado de las negociaciones que están por venir.

Que a destacados socialistas les está costando digerir un acuerdo con los republicanos catalanes (mucho más que la coalición con Unidas Podemos) se hizo obvio al comprobar la cantidad de tiempo que su líder le dedicó en su discurso a agradecer el apoyo a su propio partido; a destacar el papel histórico y de cohesión que siempre ha tenido su organización y a ensalzar la valentía con la que actúa en "momentos difíciles". Sánchez, además, dijo que ha llegado el tiempo de enfrentarse a la crisis con Catalunya y que hay que "retomar" la "única vía posible", que es "la política de diálogo y el pacto" con la Constitución como marco de referencia.

Esto último, la alusión a la Carta Magna, la repitió en varias ocasiones, pese a que no se explayó en exceso sobre el contenido del documento que ha firmado con Esquerra más allá de confirmar que habrá una "mesa entre gobiernos" para afrontar el conflicto puesto que, según señaló, con la ley "no basta" y hay que tirar de diálogo e iniciativa. Sí añadió que se buscará complicidad con todos los territorios, convocando una Conferencia de presidentes anualmente y aclarando mejor el marco competencial para evitar conflicto innecesario en los tribunales.

Defender lo público frente a mercados

El discurso de Sánchez sí estuvo plagado de referencias al pacto que ha firmado con su socio de gobierno, Pablo Iglesias, con quien aseguró que sabrá llevar con él un gabinete desde "a paciencia, la templanza, la generosidad, la empatía, la constancia y la responsabilidad". Desgranó las medidas que ya tienen preparadas en un cajón, subrayando que tienen asegurado "consenso" para poder derogar buena parte de la legislación laboral vigente y que contendrán el gasto sin renunciar a nuevos ingresos, porque "no se puede entregar a los mercados servicios como la salud o la educación".

Mencionó medidas para hacer frente al cambio climático; desarrollar el pacto contra la violencia de género; garantizar la subida de las pensiones según el IPC o hacer frente al fraude fiscal y laboral, entre otras muchas cosas. Capítulo propio mereció el paquete de propuestas sobre memoria histórica después de recordar que se ha exhumado por fin al dictador Francisco Franco: se va a establecer el 31 de octubre como Día oficial de las víctimas del franquismo.