Pedro Sánchez ha dado este lunes pocas pistas, prácticamente ninguna, sobre el gobierno que quiere encabezar si triunfa su moción de censura a Mariano Rajoy, que se debatirá en el Congreso los próximos jueves y viernes. Casi lo único que ha dicho en este sentido el candidato a la Moncloa durante su discurso ante el comité federal del PSOE (máximo órgano del partido) es que quiere dar “estabilidad” a España. Tampoco ha aclarado qué horizonte temporal contempla antes de convocar elecciones. Sánchez ha puesto todo el foco en la censura al presidente del Gobierno tras la sentencia del ‘caso Gürtel’, que considera que el PP tejió un “auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional”. La pregunta que trasladará a todos los diputados, incluidos los independentistas, será esta: “Rajoy sí o Rajoy no”.

“Tenemos que poner punto final. La democracia no se puede ver encadenada a un Gobierno que está bunkerizado, que se niega a reconocer que su tiempo político acabó. Por eso, la pregunta que se tienen que hacer los 350 diputados es muy sencilla: después de la sentencia de Gürtel, Rajoy puede seguir siendo presidente del Gobierno, ¿sí o no?”, ha dicho Sánchez en una intervención de poco más de 20 minutos.

Porque la reciente sentencia de la Audiencia Nacional, ha recordado el líder del PSOE, es solo el principio. “Es la primera de otras muchas”, ha explicado, citando el reguero de presuntos casos de corrupción donde el PP es el protagonista: papeles de Bárcenas, caja b y visita del Papa a la Comunidad Valenciana, Púnica, Lezo, Brugal y los discos duros de Bárcenas.

La “hoja de ruta”

“Aquellos que consideren que es inaceptable les tendemos la mano para abrir una nueva etapa con un gobierno que va a tener una hoja de ruta clara: censura, estabilidad y elecciones”, ha dicho Sánchez. Lo único que ha dejado claro es que su hipotético ejecutivo garantizaría "el orden constitucional y la convivencia”.

La dirección del PSOE da por sentado que Ciudadanos no apoyará a Sánchez. Sin el respaldo del partido naranja, los socialistas se ven abocados a contar con los votos de los independentistas catalanes. La posibilidad provoca temor en el PSOE, especialmente entre los barones, pero no está previsto que ninguno cargue contra este escenario. Sánchez tiene el control absoluto del partido y si los líderes territoriales ponen el acento en esta cuestión la militancia puede interpretarlo como una ayuda a Rajoy.

Tanto Susana Díaz como Miquel Iceta han pedido la palabra en la reunión, que tras el discurso de Sánchez ha continuado a puerta cerrada. Según fuentes presentes en el comité federal, la presidenta de Andalucía ha mostrado su apoyo al secretario general, pero ha dejado claro que no debe haber "concesiones" a ERC y el PDECat. El primer secretario del PSC ha sido muy aplaudido, al acusar al PP de "bajeza moral" por acusar a los socialistas, después del apoyo del PSOE a la aplicación del artículo 155 en Catalunya, de buscar pactos con los independentistas. Iceta ha defendido "diálogo dentro de la ley", pero no "componendas" con ellos.

“Si hoy estamos aquí, es porque Rajoy no ha asumido su responsabilidad. El PSOE no tenía otra opción”, ha dicho Sánchez, apelando a todos las fuerzas representadas en la Cámara baja “para que sean conscientes que lo que está juego es la confianza en la política”.

Se reserva para el Congreso

Para muchos de los miembros del comité federal, esta ha sido una intervención “plana”. Pero la han justificado. Sánchez, han recordado varios dirigentes, tiene que hacer su discurso en el Congreso dentro de poco más de 48 horas. Quiere reservarse para esa cita.