-Nadie quería elecciones y aquí estamos, sin embargo, camino de votar otra vez el 10-N...

-Pedro Sánchez quería elecciones y al final lo ha conseguido, pero es una gran irresponsabilidad que estoy convencido de que no le va salir gratis en las urnas. Si no ha sido capaz de desbloquear en estos cuatro meses y con cuatro alternativas de pacto, ¿por qué va a hacerlo ahora cuando todas las encuestas indican que va a tener peor resultado y será más difícil la suma para pactar? Sin embargo, nosotros hemos llegado a acuerdos a izquierda y a derecha y hemos desbloqueado ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas. Los españoles saben que no solo somos la alternativa al socialismo, sino que somos el único partido que puede garantizar el desbloqueo.

-¿Se siente responsable de esta repetición electoral por no facilitar el Gobierno a Pedro Sánchez, como hicieron en su día los socialistas con Mariano Rajoy?

-No, porque Sánchez dejó claro en el debate de investidura que no quería hacer un Gobierno más que para reeditar su alianza con la izquierda, presentar los presupuestos de Podemos y mantener la negociación con los nacionalistas en Cataluña. En el CIS postelectoral vimos que solo un 2% de los españoles esperaba que el PP facilitara el gobierno. Si hubiera una posible convergencia de partidos de Ciudadanos, PP y PSOE en el gobierno, fuera tan sólo quedarían Vox y Podemos. Eso es una gran irresponsabilidad porque el PP es la alternativa a la mala política económica y territorial del PSOE.

-¿Reconoce en todo caso que a usted le venía bien el adelanto electoral? Espera recuperar muchos votos de Ciudadanos…

-Es verdad que las encuestas reflejan que estamos a tiro de piedra de ganar las elecciones pero lo vemos con mucha prudencia y humildad porque consideramos que estas segundas elecciones han sido una gran irresponsabilidad. Pero también pueden ser una oportunidad para todos los que no quieren que Sánchez siga en el gobierno y que no vuelva una crisis económica como la que él apoyó como diputado de Zapatero. También para los que no les gusta que les congelen las pensiones o les bajen los sueldos como los funcionarios. En la EPA de esta semana salen los peores datos de empleo de los últimos seis años. Si alguien cree que la crisis está viniendo tiene que apostar por el partido que en dos ocasiones sacó a España de una crisis y que fue capaz de crear siete millones de empleos mientras los socialistas dejaban tres millones de parados.

-Cambio de tercio. Vamos con una de las cuestiones que va a marcar esta campaña electoral. ¿Hubiera dejado el PP a Franco en el Valle de los Caídos?

-Eso es el pasado y, además, está felizmente pasado. Nos debemos preocupar únicamente por el futuro y las generaciones que vienen por detrás. Y no estar pendientes de deshacer el abrazo que se dieron nuestros abuelos en la Transición. Mi obligación es reivindicar la concordia de la Transición y defender el futuro de los españoles. Al PSOE le dejo esos debates que son los únicos que saben hacer.

-Entonces, si usted hubiese sido presidente, ¿España seguiría rindiendo honores al mausoleo de un dictador?

-Eso ya no es un debate porque se ha producido lo que la sentencia del Supremo permitía. Sí que pelearé contra los dictadores que están vivos y que están masacrando a su población y matando de hambre a sus compatriotas, como el dictador venezolano, el cubano o el nicaragüense.

-¿Qué propone entonces el PP para acabar con esta etapa de la historia de España?

-Cualquier político que quiera tener propuestas para acabar con la historia tiene un problema, no serían políticos sino historiadores o manipuladores de la historia. Tengo una propuesta para reivindicar nuestra mejor historia y es la Ley de Concordia que destaca la grandeza de la Transición en España y de la Constitución.

-¿Entiende Pablo Casado que la mitad de los catalanes se quiera independizar de España?

-Ellos tienen que entender que viven en un Estado de Derecho y que tienen que cumplir las leyes. No sé si hay muchos españoles que quieren ir a 200 por hora por la autopista pero si lo hacen tienen un problema. Imagino que habrá millones de españoles que no quieren pagar impuestos, pero me temo que tampoco les va a ser posible. No quiero representar a los que quieren romper la ley. Quiero representar a los 45 millones de españoles que la cumplen. Si hay personas que quieren estar en la ilegalidad tendrán que atenerse a las consecuencias como les ha pasado a los independentistas condenados por el Tribunal Supremo. ¿Alguien puede entender que en Francia o en Alemania se proponga la independencia sin una respuesta constitucional? El problema es que Torra y Puigdemont han querido hacerlo por hechos consumados. Cataluña no va a ser independiente y la Comunidad Valenciana no es parte de los Països Catalans, ni tampoco Baleares.

-¿Cuál es entonces la solución para el conflicto catalán? Ya tenemos un relato con una sentencia judicial. ¿Hay un relato con una solución al problema?

-Vivir en el país más descentralizado. Esa es la solución. No hay antecedentes en Europa de un Estado cuyas regiones tengan transferidas la sanidad, la educación, la política social, gran parte de las infraestructuras, la administración de justicia, los cuerpos de policía autonómica y gran parte de la gestión de los tributos, con parlamento propio e instituciones reconocidas. Es como si ahora de repente la provincia de Tarragona se quiere independizar del resto de Cataluña. Lo que es de los españoles lo decidimos todos los españoles. Eso es algo evidente en cualquier democracia. Pido a Sánchez que deje de caminar por el alambre y deje de hacer funambulismo político. O está con el señor Torra, con Otegi, con Junqueras, con el BNG, con el Bloc, con Més... o está con el constitucionalismo. Ya sabemos que debe su puesto a los independentistas, lo que tiene que hacer de inmediato es mandar el requerimiento de cumplimiento de la Constitución a Torra.

-¿Su solución es que debe aplicarse de nuevo el 155 y suspender la autonomía en Cataluña?

-En el momento en el que Torra diga que no la cumple es cuando el Gobierno puede aplicar la Constitución en Cataluña. Puede y debe, porque todos los políticos juramos cumplir la ley y los que están en el Gobierno juran hacerla cumplir. Este Gobierno no puede seguir con esta indefinición muy medida por si necesita a Esquerra, al PNV y a Junts per Catalunya el 11 de noviembre. Al menos que los españoles sepan que Pedro Sánchez no va a poner orden en Cataluña, les debe el puesto a ellos.

-¿Es partidario entonces el PP de que la situación de Cataluña se pueda dilucidar en unas nuevas elecciones autonómicas?

-Tendrá que decidirlo el Parlament, los grupos parlamentarios que puedan hacer una moción de censura, la Generalitat de Cataluña o si el Gobierno decide aplicar el 155 para convocar elecciones. Además de que todos estén dentro de la Constitución, nuestra posición para Cataluña tiene que ver con la cuestión económica. Allí hace falta un nuevo sistema de financiación como pasa también en la Comunidad Valenciana. Planteamos ocuparnos por fin de las listas de espera en los hospitales, de que no haya adoctrinamiento en la educación y que haya menos impuestos

-¿Está dispuesto a abrir la reforma de la Constitución como una posible solución a la crisis territorial que vive España?

-La Constitución consagra el Estado más descentralizado de Europa, el problema es los que están fuera de la ley. Hacer política con los sentimientos es muy peligroso. Europa ha vivido las páginas más negras de su historia cuando ha habido políticos que han intentado gestionar los sentimientos de la gente. Los políticos tienen que enmarcarse en la legalidad y no manipular a las personas ni exacerbarlos para la confrontación y la división.

-Habla de un escenario con cuestiones muy ideológicas en el epicentro del debate. ¿Puede acabar favoreciendo eso a Vox?

-Somos el único partido que estamos todo el día hablando de economía. Los demás están todo el tiempo embarrando el terreno de juego electoral con la reapertura de la historia o dividiendo a los catalanes con una debilidad en la respuesta frente a los que están incumpliendo la ley.

-Es posible, por los datos que tenemos, que las elecciones del 10-N trasladen una situación de más bloqueo político a pesar de que, por ejemplo, es muy probable que el PP mejore notablemente sus resultados...

-Me comprometo a que con un escaño más que los socialistas no habrá bloqueo en España. Lo haré rápidamente. Nadie daba un duro porque pudiéramos llegar a un acuerdo en Andalucía, Castilla y León, Murcia o Madrid y lo hemos logrado sin modificar nuestro programa. Ofrecimos a Pedro Sánchez once pactos de Estado y fue incapaz de llevarlos adelante como presidente del Gobierno en funciones. Si yo soy presidente podré llegar a grandes acuerdos incluso con el PSOE contra la violencia de género, las pensiones o la política internacional. Sánchez no ha sido capaz de llegar a pactos con los suyos y ni siquiera ha sido capaz de intentar colaborar con sus adversarios.

-¿Se plantearía usted dejar gobernar al PSOE con su abstención para evitar que pudiera depender de Podemos o de los independentistas catalanes?

-No, porque ellos han dejado claro que quieren un gobierno de izquierdas y yo, sin embargo, quiero un gobierno para todos. Pedro Sánchez quiere derogar las reformas del PP, presentar los presupuestos de Podemos y quiere seguir de nuevo con la puerta abierta a los independentistas.