En el último día de campaña, con la previsión de que rondará o se quedará algo por debajo de los 123 escaños logrados en abril, pero con un Congreso más fragmentado y una derecha más fuerte que entonces, Pedro Sánchez ha apelado al electorado progresista para lograr un gobierno "fuerte" tras las elecciones de este domingo. El candidato socialista cree que la estabilidad es ahora más importante que nunca, debido a las "amenazas" del independentismo catalán y Vox.

"Necesitamos estabilidad, un gobierno fuerte para abordar una amenaza de estas características", ha dicho este viernes en la Ser el candidato socialista sobre la crisis territorial, que "no se va a resolver en meses" porque "lleva años larvándose". Poco después ha añadido el "franquismo" de Vox entre los motivos por los que se requiere un ejecutivo "fuerte".

El auge del partido ultra, al que las encuestas colocan en tercer lugar, rozando incluso los 60 diputados, es un motivo de "preocupación" para el líder socialista, que en estas últimas jornadas de campaña no para de llamar a la movilización de los votantes de izquierdas para hacer frente a la extrema derecha.

A su juicio, el PP y Cs se están dejando devorar por el discurso de la formación de Santiago Abascal. La última prueba, ha explicado Sánchez, se vivió el jueves en la Asamblea de Madrid. A propuesta de Vox, con el voto a favor del PP y Cs, la cámara autonómica aprobó ilegalizar partidos independentistas, algo para lo que carece de competencias. "El discurso de la ultraderecha arrastra al PP y a Cs. La ultraderecha veta a periodistas, señala a homosexuales, culpa a las mujeres de la violencia machista y pretende ilegalizar partidos. Esto tiene un nombre en Europa y no hace falta decirlo", ha señalado el candidato socialista, en referencia al fascismo.

En este sentido, el presidente en funciones no ha descartado recurrir esta iniciativa ante el Tribunal Constitucional. "Lo vamos a estudiar. Los Parlamentos autonómicos tienen autonomía pero sin exceder sus competencias", ha explicado el líder del PSOE. Hace unos meses, cuando el Parlament aprobó una declaración simbólica que pedía la abolición de la Monarquía, el Gobierno no dudó en acudir al Constitucional.