El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha dado hoy el pistoletazo de salida a las elecciones generales adelantadas del próximo 28 de abril apelando al PSOE como el partido de la moderación y el "sentido común" frente a la crispación y el obstruccionismo que, ha dicho, representan las derechas. Así, se ha mostrado convencido de que el día de los comicios, la sociedad española dará la espalda a la crispación y reivindicará la política útil.

Acompañado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una de las más vitoreadas en el acto, el secretario general del PSOE ha tratado de lanzar un mensaje de unidad interna en el partido, insistiendo en que todos, incluidos los más críticos como la andaluza Susana Díaz, reman a una. Que sepa todo el mundo que estamos juntos y estamos unidos, ha clamado. No obstante, los abrazos de los militantes han impedido que ambos dirigentes hicieran juntos su entrada al auditorio del hotel de Sevilla donde se celebraba la presentación del candidato a la alcaldía hispalense.

Modelo excluyente

Sánchez ha cargado contra la derecha de PP y Ciudadanos asegurando que al unirse a la ultraderecha no han logrado moderarla, sino que ellos se han radicalizado. Y ha reprochado que su concepto de patriotismo sea gritar todos los días viva España. Sin una sola mención a los partidos independentistas o al debate soberanista, solo se ha referido a Catalunya para acusar al PP y a Ciudadanos de usar este asunto como ejemplo de su modelo de país, un modelo excluyente, en el que solo caben los que piensan como ellos. Y frente a las críticas de que los socialistas carecen de proyecto de país, ha defendido que su proyecto es uno en el que caben todos, y en el que nadie se queda atrás. El ejemplo más claro ha sido su alusión a las palabras de Pablo Casado acerca de que las pensiones se pagan eliminando el derecho al aborto para aumentar la natalidad. Las pensiones no se suben recortando derechos de nadie, y mucho menos de las mujeres, ha señalado.

En este sentido, ha reprochado que tanto PP como Ciudadanos se hayan apresurado a reclamar un "cordón sanitario" contra el PSOE "nada más anunciar las elecciones". "El cordón sanitario se lo pondrá la sociedad a ellos dándonos una mayoría rotunda", ha lanzado. En su intervención ante un millar de militantes, Sánchez ha glosado los logros sociales obtenidos en su etapa en el gobierno. Hemos hecho más en ocho meses que el gobierno del PP en siete años, ha asegurado, adelantando que antes de que se disuelvan las Cortes tiene intención de aprobar medidas como la recuperación de la cotización de la seguridad social para los cuidadores de dependientes o el subsidio de desempleo para los parados de más de 50 años. Es más, tras el varapalo de esta semana, el líder socialista ha asegurado que una de sus primeras medidas cuando regrese al Gobierno será aprobar unos presupuestos sociales.

Unidad interna

En la misma línea que Sánchez, desde el arranque de su intervención, Susana Díaz ha lanzado mensajes de unidad interna del PSOE de cara al largo ciclo electoral, azuzando el miedo a que se repita un gobierno de la derecha y la ultraderecha que ya funciona en Andalucía. Si no vamos a votar, ellos volverán, insistió clamando contra la desmovilización de la izquierda. Venimos a presentar al alcalde y tenemos la oportunidad de arrancar en Andalucía dos campañas con un solo objetivo: parar a la derecha y garantizar el bienestar, dijo, apelando a la necesidad de dar una mayoría sólida a Pedro Sánchez para mantenerle en La Moncloa "y no tener que depender de nadie". Para eso, ha insistido, nos vamos a batir el cobre, vamos a salir a pelear con ganas, unidos, sabiendo el reto histórico en el que se encuentra este país y sus ayuntamientos.

Pese al tono de cordialidad, Díaz no ha perdido la oportunidad de apelar a la gesta de repetir la "mejor etapa que ha vivido el PSOE", bajo el mando de Felipe González. Hace 40 años la democracia se abrió paso en el país en sus ayuntamientos, la primera trinchera para alcanzar el bienestar, apuntó, ahí se abrió la primera etapa del bienestar en España con el PSOE de Felipe González al frente. Ahora, insistió, el reto es volver a repetir aquello y darle la vuelta a este país como un calcetín para evitar que el escenario andaluz se extienda al resto del país. Un escenario que describió como hay tres derechas, dos gobiernos y un guirigay.

Así, la líder del PSOE andaluz planteó la convocatoria de las generales como un plebiscito entre la derecha y la ultraderecha del desgobierno, en alusión a sus primeros pasos en Andalucía, o la defensa de los derechos y la igualdad de oportunidades que promueven los socialistas. Se ama España defendiendo la igualdad, no cogiendo la bandera unos contra otros, lamentó en alusión a las llamadas al patriotismo de PP, Ciudadanos o Vox.

El acto estaba llamado a ser el primer mitin conjunto desde que Díaz perdiera la Junta de Andalucía tras el pacto de la derecha y la extrema derecha, y el primer encuentro con Sánchez desde la campaña de las andaluzas. Sevilla es el mayor municipio gobernado por el PSOE, y el único bastión que conservan los socialistas elección tras elección. De hecho, la diputación provincial no conoce otro partido al frente en su historia democrática. De ahí que Sánchez quisiera estar presente en lo que iba a ser el inicio de la campaña para las municipales.

En 2015, un entonces cuasi desconocido candidato, procedente de la Junta de Andalucía, logró el mérito de arrebatar la mayoría absoluta al entonces alcalde Juan Ignacio Zoido. El reto era mayúsculo, y también entonces, como ahora, Pedro Sánchez acudió a respaldar al candidato Espadas en su presentación de campaña en un acto multitudinario, con más de 2.000 personas. El acto conjunto de Sánchez y Susana Díaz estaba previsto desde principios de semana, incluso antes de conocerse el adelanto de la convocatoria electoral de las generales.