Bajo un sol primaveral, al son de una solemne Marsellesa, Francia despidió ayer a su primer policía muerto a manos de ETA. La tristeza se mezcló con la indignación en el discurso del presidente, Nicolas Sarkozy, en el funeral del brigada Jean-Serge Nérin, de 52 años, fallecido hace una semana durante un tiroteo con un comando terrorista. "Erradicaremos, una a una, todas las bases de ETA en Francia", prometió el jefe de Estado en presencia del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que acudió al emotivo acto celebrado en el patio de la prefectura de Melun.

Frente al féretro estaban la esposa y los cuatro hijos de Nerín, que el sábado será inhumado en la Guayana, territorio francés de ultramar del que era originario. También los policías de la comisaría de Dammarie-les-Lys, en la que el agente, considerado "un ejemplo" por sus compañeros, prestó servicio durante 30 años. Un paso por delante, los tres agentes de la patrulla de Nérin que participaron en el tiroteo y detuvieron a uno de los miembros del comando, Joseba Fernández Aspurtz.

Sarkozy les impuso la insignia de caballero de la orden policial. Zapatero, la cruz al mérito policial. A título póstumo, Nérin recibió la legión de honor de la República francesa y, por parte del presidente español, la medalla de oro al mérito policial. Su muerte ha marcado un punto de inflexión en la política antiterrorista de Francia. Si hasta ahora las autoridades galas dejaban que la policía española marcara la pauta, ahora toma las riendas. Sarkozy lo dejó claro. "La movilización de las fuerzas de la policía y de la gendarmería es total. No dejaremos que el territorio francés se convierta en la retaguardia de terroristas y asesinos", clamó.

La presencia de Zapatero y del ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el funeral convirtió la ceremonia en un símbolo de la cooperación franco-española. "Tenemos un gran pesar, pero quienes deben sentir inquietud son los etarras; serán perseguidos sin descanso por dos grandes policías", sentenció Zapatero que, tras reunirse con Sarkozy en el Elíseo, subrayó: "España no olvidará el apoyo de Francia".

En el marco de la presidencia española de la UE, ambos líderes acordaron pedir una reunión del eurogrupo, antes del consejo europeo de esta semana.