El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se ha puesto hoy la corbata para comparecer en el Congreso, y lo ha hecho, según confesión propia, porque se lo ha pedido el presidente de la Cámara, José Bono, y también "por respeto a los trabajadores de la Casa", obligados a llevarla en el trabajo.

Sebastián fue protagonista de una particular polémica con Bono, cuando acudió a la sesión plenaria del 2 de julio sin corbata -en línea con la política de ropa informal para verano fomentada en su Ministerio- lo que impulsó al presidente del Congreso a regalarle una, en el mismo hemiciclo, que el ministro prefirió no utilizar.

Hoy ha vuelto al Parlamento para informar a la Comisión de Industria sobre el ahorro energético, y lo ha hecho descorbatado, ante la atenta mirada de los ujieres que prestan servicio en el Congreso de los Diputados, que aunque en época estival pueden lucir camisas de manga corta están obligados a vestir corbata.

Nada más entrar en el edificio, Sebastián ha conversado unos momentos con sus asesores y acto seguido se ha puesto una corbata azul celeste con lunares, para después dirigirse a la Comisión, en la primera planta del recinto. Antes de entrar a la sala los periodistas le han preguntado, una vez más, por el uso de la prenda, y él ha despejado todas las dudas.

Se la ha colocado por habérselo pedido José Bono "y por respeto a los trabajadores de la Casa, a los que se les obliga a utilizar corbata para trabajar", según sus palabras. Ya dentro de la Comisión de Industria, los informadores se han fijado en que algunos diputados como Joan Herrera, de ICV, no llevaban este accesorio, si bien es cierto que jamás lo utiliza. Pero tampoco lo tenía Josep Sánchez Llibre (CiU), al que es más frecuente ver con corbata. Lo de Pedro María Azpiazu, del PNV, y vicepresidente primero de la Comisión, ha sido todo un gesto: la llevaba puesta y se la ha quitado delante de las cámaras y los fotógrafos de prensa.