El secretario general del PP, Angel Acebes, señalado como responsable de la dimisión de Josep Piqué del cargo de presidente del PP catalán, rompió ayer su silencio para calificar esta renuncia de una "decisión personal," que respeta. En la línea de pasar página y quitar hierro al asunto, evitó cualquier otra referencia a Piqué y se centró en destacar que su sucesor, Daniel Sirera, "ha despertado una enorme ilusión en el partido".

El secretario general del PP calificó de "gran acierto" la elección de Sirera al que elogió definiéndolo como una persona "muy joven, con mucha fuerza e ilusión, que va a suponer un impulso grande que se va a traducir en mucho éxito y en unos buenos resultados en las generales". Precisamente Sirera habla hoy, en una entrevista en El Periódico de Catalunya , sobre la renuncia de Piqué. "Acebes no fue el detonante de la crisis. Fue Piqué", asegura. Y destaca la rapidez con la que el PP ha cerrado la crisis: "Ningún otro partido es capaz de cerrar una crisis en solo 24 horas, y sin discrepancias.

A diferencia de Acebes, otro dirigente del PP, el presidente del partido en Andalucía, Javier Arenas, no tuvo reparos en glosar la figura de Piqué. Después de recordar que fue "un extraordinario ministro y una persona clave en los gobiernos de José María Aznar", Arenas aseguró que el expresidente del PP catalán ha desarrollado un papel "muy digno" como político, y que "lo ha hecho en unas circunstancias extraordinariamente adversas".

LA EXTINCION En cambio, quien expresó su satisfacción por la retirada de Piqué fue el eurodiputado y expresidente del PP catalán, Aleix Vidal-Quadras. Demostrando su poca sintonía con el proyecto que defendía Piqué, concluyó que "no ha alcanzado los resultados esperados, sino que, por el contrario, el partido cada vez ha ido disminuyendo su presencia". Según Vidal Quadras, "el próximo paso era ya la desaparición, la extinción".