Si las voces que se escucharon ayer en la reunión del grupo parlamentario socialista son indicativas del estado en el que se encuentra el partido, los defensores de las primarias, en lugar del congreso anunciado por Alfredo Pérez Rubalcaba para ejecutar su relevo, son mayoritarios. Hubo 11 intervenciones: nueve fueron a favor de la elección directa del candidato por parte de militantes y simpatizantes y dos en defensa de la hoja de ruta trazada por el todavía secretario general junto a la todopoderosa Susana Díaz, presidenta de la Junta, a la que casi todo el partido responsabiliza, para bien o para mal, del paso dado por Rubalcaba. Los primeros fueron en su mayoría cargos jóvenes. Algunos de ellos, muy cercanos a Carme Chacón y Eduardo Madina, a los que el nuevo esquema ha dejado descolocados. Los segundos, dirigentes de trayectoria dilatada: Manuel Chaves y José Blanco.

Sin embargo, la correlación de fuerzas que se vivió en la reunión a puerta cerrada no es del todo real. Sectores del PSOE intentan frenar la entrega del partido a Díaz, que en un congreso al uso, en el que los delegados más o menos controlados por los aparatos territoriales votarán al nuevo líder, tendría enormes posibilidades de imponer la opción que acabe eligiendo. El 25% de los afiliados socialistas son andaluces. La autonomía es la única, junto a Asturias, que aún está en manos del PSOE. Y en esta comunidad se dieron los mejores resultados del partido en toda España: la ventaja sobre el PP fue de 10 puntos. Todo, en principio, sopla a favor de la presidenta de la Junta, que por el momento insiste en que primará Andalucía por encima de otros asuntos, mientras sus fieles se encuentran divididos sobre la posibilidad de que se presente al congreso extraordinario, que tendrá lugar el 19 y 20 de julio.

Díaz no se encuentra sola a la hora de aparcar las primarias. Tanto el madrileño Tomás Gómez ("con Susana al fin del mundo", dijo ayer) como el vasco Patxi López han defendido la opción. El exlendakari, de hecho, se la va a aplicar a sí mismo: tras los malos resultados de las europeas en Euskadi, y siguiendo la estela de Rubalcaba, anunció un congreso extraordinario del PSE para relevarle en septiembre, lo cual también implica que ha dejado atrás su pretensión de liderar el PSOE. Y junto a estos barones, el resto asiente. Aunque no hayan sido consultados previamente e incluso consideren que la mejor opción tras la debacle electoral era adelantar a septiembre las primarias, que en el origen se preveían en noviembre. "La decisión no es mía y no he sido consultado. Por tanto me siento ajeno, pero lo que no voy a hacer, y menos en un momento como este, es contribuir a un cisma", explicó un importante líder territorial.

EL VOTO DE LA MILITANCIA Solo el extremeño Guillermo Fernández Vara, que también ganó las europeas en su comunidad, bajando menos que Andalucía respecto a los resultados del 2009, discrepa a las claras. Ayer pidió un congreso "lo más abierto y participativo posible para la militancia". Es decir, que los afiliados puedan votar directamente al nuevo secretario general, evitando que los aparatos controlen el resultado. Muchos dirigentes abogan por una fórmula similar, que se aplicó hace unos meses entre los socialistas gallegos, de forma satisfactoria, y que el lunes se propuso durante la ejecutiva en la que Rubalcaba anunció su salida. Pero hay un problema: para cambiar el método de elección se necesitaría reunir al comité federal, máximo órgano entre congresos, y la actual dirección no tiene intención alguna de dar ese paso. Todo va a estar muy controlado.

La otra alternativa consiste en detener la decisión de Rubalcaba y volver al esquema original: las primarias. "El PSOE está en uno de los peores momentos de su historia, si no el peor. Los ciudadanos quieren un cambio en la política y el partido también lo necesita. La gente pide apertura del partido, para que el nuevo líder surja del apoyo ciudadano. La respuesta no puede ser volver a encerrarnos en nosotros mismos. No somos capaces de escuchar los problemas de la gente", dijo Chacón, quien tachó el congreso de "decisión personal" de Rubalcaba para "no darle voz a la gente". Sus palabras sentaron muy mal en la dirección del PSOE, que aseguran que las primarias "se mantienen", pero que ellos ya no cuentan con la "fuerza suficiente" para organizarlas.

La exministra de Defensa no aclaró si se presentará a este cónclave, como hizo en el 2012, para convertirse en la nueva secretaria general. Tampoco lo hizo Madina. Ambos sopesan sus opciones. Si dan el paso, lo harán en breve. No es del todo descabellado que sea de forma conjunta. El entorno de Chacón explicó que no descarta buscar un pacto con el diputado vasco, quien, según fuentes cercanas, evita una alianza de este tipo.