Para Puigdemont, el Govern no tenía nada que perder el 1-O, a pesar de que la cúpula de los Mossos le había advertido en dos ocasiones de que podían producirse incidentes violentos. No consideró suspender el referéndum, como le pedían, porque si el Estado permitía que se votase habría cumplido con el «mandato ciudadano» y se habría salido con la suya; y si no lo permitía y la actuación policial propiciaba incidentes durante la jornada, estaba dispuesto a declarar ese mismo 1 de octubre la independencia.

El hoy candidato de JxCat a las europeas estaba tan determinado a celebrar el referéndum que no le importaron los avisos de los Mossos. Ni que no hubiera nada preparado para el día después -según han declarado sus exconsejeros- ni el riesgo de «conflicto» por la «polarización extrema» del que le informaron el mayor Josep Lluís Trapero y su segundo, Ferran López, lo disuadieron.

Según López, que declaró ayer en el Supremo, la determinación de Puigdemont era irreductible. «Recuerdo que dijo que si se producía ese escenario que nosotros preveíamos [el de los enfrentamientos serios entre votantes y policía], él, en ese mismo momento, declaraba la independencia», aseguró. «¿Así lo dijo?», se interesó el fiscal por la textualidad. «Es una frase que recordamos todos perfectamente porque es difícil de olvidar», respondió López.

López, exnúmero dos de Trapero y jefe de los Mossos durante el 155, aseguró que el coordinador policial del 1-O, el coronel Diego Pérez de los Cobos, conocía y validó el plan de los Mossos para el referéndum, lo que Pérez de los Cobos ha negado. El Supremo decidirá si realiza un careo entre ambos para aclararlo.