Los ocho militantes socialistas que han comunicado al PSOE que aspiran a enfrentarse en las primarias al vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, tienen una semana para alcanzar el difícil objetivo de reunir las 22.000 firmas de compañeros que les abrirán las puertas de este proceso electoral. Son conscientes de que es muy complicado lograrlas y alguno de ellos ha tachado de injusto un procedimiento al que Rubalcaba accederá directamente por contar con el aval del Comité Federal del partido. Es el caso del profesor de la Universidad de Sevilla, José Carlos Carmona, quien ha enviado una carta abierta a la Ejecutiva Federal del PSOE para señalar que considera que los trámites para presentarse a las primarias son "extremadamente restrictivos" y denuncia que desde los órganos del partido no se les da facilidades. Su propuesta es que el día 13 (fecha límite para presentar los avales de los militantes) la Ejecutiva respalde la candidatura que haya presentado más firmas de apoyo, de modo que al menos haya un contrincante frente a Rubalcaba y que el próximo candidato a la presidencia del Gobierno quede legitimado por la participación directa de toda la militancia. Con el actual sistema, si ningún aspirante consigue las firmas necesarias para presentarse, no habrá votación y Rubalcaba será proclamado candidato. También ha tachado de "injusto" el proceso Manuel Pérez, militante de Puertollano (Ciudad Real) que trabaja como médico en Granada. Su queja es que sólo tendrán acceso al censo de militantes para pedirles el voto, es decir, una vez superado el requisito de reunir las firmas. Junto a Carmona y Pérez, han informado también al PSOE que quieren competir en las primarias otros seis militantes. Luis Ángel Hierro, que fue diputado en el Congreso hasta el año 2004; Julián Pastor, militante socialista de Móstoles (Madrid); José Martínez Peñaranda, de Murcia; David González Sánchez, de Esplugues de Llobregat (Barcelona); Juan María Hernández Pérez, perteneciente a la agrupación socialista madrileña de Villaverde, y Enrique García López, de Santa Cruz de Tenerife. Este policía nacional retirado milita en el PSOE desde hace tres años y sabe que lo suyo es una "batalla perdida", pero, al menos, dice, tiene la oportunidad de decir lo que piensa.